Dirección:
Kathryn Bigelow.
Intérpretes:
Jessica Chastain, Jason Clarke, Kyle Chandler, Jennifer Ehle, Mark
Strong, Reda Kateb.
Guión:
Mark Boal.
Música
original:
Alexandre Desplat.
Fotografía:
Greig Fraser.
Montaje:
William Goldenberg, Dylan Tichenor.
Idioma:
Inglés.
Duración:
157 minutos.
6/10
Feminista
y patriota
Kathryn
Bigelow fue la primera mujer que reinó en una noche de los Oscar.
Era 2009 y En tierra hostil consiguió los premios a la mejor
película y la mejor dirección (amén de otros cuatro galardones
más). La directora lograba su definitiva consagración en Hollywood,
un mundo en el que se ha ido haciendo hueco poco a poco. Y lo ha
conseguido realizando un tipo de cine que se presupone masculino, con
una carrera marcada por la acción que ahora se dirige hacia el
fuerte contenido político.
Si
su anterior film se metía en el infierno de Irak, La noche más
oscura recrea el largo proceso que concluyó con la captura de
Osama Bin Laden. Una búsqueda capitaneada por una fémina. Y es que
el personaje de Jessica Chastain tiene paralelismos evidentes con la
directora. Una mujer dentro de un mundo dominado por hombres,
teniéndose que ganar el respeto de sus compañeros con tiempo y
esfuerzo.
Aunque
Bigelow tiene la suficiente habilidad para no recurrir de forma
explícita a la lucha de sexos. No carga las tintas en los
personajes masculinos, a los que evita involucrar en las tópicas
burlas machistas. Todo es mucho más sutil, y lo que sí deja claro
la autora es que la operación termina siendo fructífera gracias a
los esfuerzos femeninos dentro de una mayoría varonil mucho más
inoperante. Algo que no sólo (aunque sobre todo) se muestra en el
personaje de Chastain, también el de Jessica Ehle muestra el
entusiasmo y tenacidad necesarias para conseguir el propósito. Por
cierto, destacar el soberbio trabajo de ambas actrices dentro de un
reparto excelente.
Una
pena que Ehle haya pasado desapercibida, cosa que obviamente no podía
ocurrir con Chastain. La actriz ha irrumpido con una fuerza
descomunal, y ahora mismo es una de las intérpretes con más
magnetismo del actual Hollywood. Su rol en este film es todo un
bombón, uno de esos personajes que no paran de crecer a lo largo de
todo el metraje. Es a ella a la que acompañamos en un viaje que
empieza con el horror al contemplar una sesión de tortura. El
progresivo endurecimiento se convertirá en obsesión, y la captura
del terrorista se convertirá en el motor que dé sentido a su vida.
Bigelow
acierta al evitar cualquier desvío de la historia principal. Es muy
frecuente que Hollywood “amenice” cintas de este tipo con alguna
subtrama (preferentemente amorosa), algo que nos ahorra la directora.
La noche más oscura tiene mucho en común con
Zodiac, en ese retrato exhaustivo de una
investigación que no parece acabar nunca. De hecho, el proyecto
se empezó a gestar cuando Bin Laden aún vivía, lo que hubiera
acercado este trabajo todavía más al firmado por Fincher. El rigor
es la virtud más destacable de una película que nunca se desvía de
su propósito.
Pero
como también pasaba con En tierra hostil, el
film queda sesgado por el etnocentrismo. Tanto en una como en
otra, Bigelow (Estados Unidos) está invadiendo un terreno del que no
se preocupan por conocer nada. Nadie se intenta poner en el lugar de
una población que es invadida/detenida/torturada/matada en su propio
país. Y cierto es que entrar en esos terrenos haría que la película
se desviara, y no fuera la que es (y muy probablemente sería peor).
Pero ese ninguneo del otro y la casi justificación de la tortura
son elementos que no dejan de sobrevolar todo el tiempo.
Katrhyn
Bigelow vuelve a confirmar sus dotes como grandísima directora,
consiguiendo una película de una solidez a prueba de bombas. La
directora se está convirtiendo en la voz cinematográfica que
representa a los Estados Unidos en los conflictos del siglo XXI.
Aunque más que al país o a las instituciones, Bigelow se encarga de
dar voz a esos “héroes” anónimos que dan su vida por la
patria. Lástima que los otros nunca tengan voz ni voto, aunque la
acción se desarrolle en sus propios países.
Manuel
Barrero Iglesias
Estupenda entrada. Gracias
ResponderEliminarA mi, más allá del tema de las torturas, que se deja ahí un poco a la reflexión del espectador, me preocupa más la legitimación que se hace del asesinato político y extrajudicial, pero bueno, al fin y al cabo es una película, y lo cierto es que la juzgamos con mayor dureza que a otras producciones moralmente más reprobables por el hecho de haber tenido tanto éxito, tanta promoción y por estar basada en hechos reales.
ResponderEliminarEn lo estrictamente cinematográfico yo soy más entusiasta que tú, y es que me parece un peliculón de principio a fin.