Dirección
y guión: David Ayer.
Intérpretes:
Jake Gyllenhaal, Michael Peña, Anna Kendrick, America Ferrara,
Natalie Martinez, Cody Horn, Frank Grillo, David Harbour.
Música
original: David Sardy.
Fotografía:
Roman Vasyanov.
Montaje:
Dody Dorn.
Idioma:
Inglés.
Duración:
109 minutos.
5/10
Tan
real que te acaba aburriendo
David
Ayer se caracteriza por dirigir películas sobre policías en Los
Ángeles, películas que pretenden ser crudas y mostrar la difícil
realidad con la que éstos se encuentran en las calles de la
metrópolis californiana.
En
esta su cuarta película como director, lleva esta premisa un paso
más allá y añade una estética found footage
para aportar un mayor realismo, y la verdad es que la jugada le sale
bien. Estéticamente, Sin tregua está
lograda, transmitiendo verdad en cada uno de sus planos y
aportando unos niveles de tensión absolutamente necesarios para que
la película se haga soportable.
El
mayor problema de la película es que el guión no tiene suficiente
sustancia como para conseguir enganchar al espectador por si solo.
Lo cierto es que es realmente deficiente, puesto que desarrolla la
historia a trompicones y no consigue que avance con fluidez. Hay
demasiadas escenas inconexas que sirven para que conozcamos mejor a
los personajes y para que nos hagamos una idea de lo complicado que
es su trabajo, pero que lastran el ritmo y la progresión de la trama
principal. Básicamente, el libreto tiene muchas similitudes con el
de un episodio de la serie Southland, con la que tiene
muchos más puntos en común, con la diferencia de que la serie
siempre tienen 7 u 8 episodios más para desarrollar una buena
historia.
En
lo referente a las interpretaciones no hay mucho que destacar. Jake
Gyllenhaall y Michael Peña están correctos, Anna Kendrick destaca
por encima de los demás, y algunos de los secundarios chirrían en
exceso, sobre todo algunos de los que interpretan a los personajes
mejicanos.
La
película se mueve entre lo interesante y lo anodino continuamente,
dejando claro que no estamos ante una de las obras más inspiradas de
su autor, lo cual -teniendo en cuenta que su currículum no es
precisamente excelso- convierte a la película en un producto de
segunda destinado a ser un entretenimiento de usar y tirar, como
tantas otras películas que pasan por nuestras pantallas todos los
años. Con la gran diferencia de que esta aspiraba a ser bastante
más.
David
Sancho
No hay comentarios:
Publicar un comentario