Dirección y guión: Rian Johnson.
Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Paul Dano, Noah Segan.
Música original: Nathan Johnson.
Fotografía: Steve Yedlin.
Montaje: Bob Ducsay.
Idioma: Inglés.
Duración: 119 minuttos.
7/10
Salvando un incierto futuro
Si en su estupenda
carta de presentación, Brick, el
director Rian Johnson se confesó deudor del mismísimo Dashiel Hammett -con
resultados más que estimables en su acercamiento al moderno cine negro- en éste
su tercer largo (pasemos de puntillas sobre Los
hermanos Bloom), sus inspiradores tienen igualmente ilustres nombres y apellidos,
ni más ni menos que los de Ray Bradbury o los de Philip K. Dick. La ciencia
ficción es un enorme campo abierto en el que, cuando creemos que ya hemos visto
todo, siempre aparece alguien para demostrar lo contario.
A priori Looper se puede presentar como la
enésima cinta sobre viajes y paradojas temporales; como otra vuelta de tuerca
sobre máquinas del tiempo y realidades paralelas. Y sí, lo es. Pero tras esa
primera capa surge un brillante y redondo guión, una historia bien pensada que
da sentido al uso de todos esos viejos tópicos mil veces vistos. Y no era tarea
fácil, una sola pieza que fallase en el engranaje fabricado podía dar al traste
con todo; y lo cierto es que, de principio al fin, todo encaja y rueda a la
perfección. Cualquier detalle, por insignificante que pueda parecer (véase la
aparición, en principio insustancial, de la telequinesia), va ganando y termina
por tener relevancia dando lógica a lo contado; en un robusto “crescendo” que
culmina en un sobrecogedor (algo autocomplaciente, pero bien resuelto)
desenlace, de aquellos que dejarán huella en muchos espectadores.
Hay un arranque que
interesa y engancha, partiendo de una de esas ideas que hacen a uno pensar aún que
hay margen para la originalidad. Nos situamos en un futuro muy cercano donde
algunos son conscientes de que más allá en el tiempo se podrá navegar en él. Y,
siendo así, las mafias del futuro encargaran a nuestros protagonistas (los
loopers) deshacerse de aquellos que les estorban, sin dejar rastro alguno,
llevándolos 30 años atrás.
Pero si tras esta
brillante idea no hubiera un respaldo dramático y unos personajes (que se
terminarán reencontrando con ellos mismos) que llamaran nuestra atención poco
más hubiera dado de sí. Y todo ello consigue el texto de esta cinta. Sobre todo
desde el momento en el que el protagonista, Joseph Gordon-Levitt (que comienza a formar un dúo con
Johnson que se prevé duradero), da con una granja donde viven una madre (Emily
Blunt) con su pequeño hijo. Comienza entonces una compleja búsqueda y lucha por
sobrevivir donde no sólo parece estar en juego el destino de los protagonistas (que
buscan salvarse a ellos y a aquellos con los que saben que compartirán destino,
décadas después) sino los de toda la humanidad. Complejo asunto al que se
enfrenta, y en el que nos hace disfrutar a todos en su recorrido, el director.
Puede que alguna de las mil piruetas mostradas sea
excesiva y recuerde al cine de acción más desatado, como alguna de las fugas en
las que participa ese personaje venido del futuro que encarna un Bruce Willis,
a cuya subtrama se le busca, algo forzadamente, la contundencia
romántico/desesperada necesaria como para justificar su comportamiento. Todo
ello provoca que el filme no crezca hasta alcanzar la altura que en algunos
momentos uno espera que pueda llegar a lograr, pero en todo lo demás Looper está bajo control, es directa y
no esconde su carácter de juego destinado a entretenernos con inteligencia.
En demasiadas ocasiones el cine (que en otras
también ha sido cruel con nuestro destino en este planeta) nos ha dibujado el
futuro lleno de mejoras, de avances tecnológicos impensables, de mil “gadgets”
que harán nuestra vida más larga y llevadera. La ciencia ficción ha jugado con
la idea de que el ser humano fabricará máquinas fascinantes que nos llevarán a
otras galaxias, a otros mundos, y ha supuesto que esos artilugios y los
soportes vitales que harían a un hombre permanecer con vida, podrán ser creados
y, lo que es más difícil de pensar, podrán ser financiados en algún momento. Un
futuro muchas veces en positivo.
Quizá uno de los puntos fuertes de Looper (en una estudiada y realista
ambientación sin estridencias) sea enfrentarnos a un porvenir en el que nada de
eso se produzca. Donde apenas, por ejemplo, los vehículos que ahora conocemos
(hablo de los mismos literalmente) sean modificados con rudimentarias placas
solares que nos hagan prescindir del petróleo y donde la miseria haya ganado
terreno en lo que hoy llamamos primer mundo.
No es nada descartable que eso sea lo que nos
espere. En Looper vemos a gente
atemorizada por vagabundos que deambulan saqueando en busca de algo para
sobrevivir. Vemos una civilización desorganizada y con menos recursos de los
que hoy en día gozamos.
Y resulta fascinante mostrarnos ese posible entorno
imaginario como fondo para una película que juega mucho con cierto estudio del
mundo actual que nos rodea y que arranca en 2040 (o sea, pasado mañana).
Jorge R.
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