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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Entrevista: Rian Johnson


"Me gusta la ciencia-ficción porque casi exige combinarse con otro género".




Rian Johnson deslumbró en 2005 con Brick, revisión del cine negro ambientada en un instituto. Tras ese prometedor debut llegó la frialdad con la que se acogió The Brothers Bloom, comedia protagonizada por Rachel Weisz y Adrien Brody. Siempre guionista de sus películas Johnson vuelve al cine de género, esta vez mezclando el negro con la ciencia-ficción. El resultado es Looper, un film con el que recupera el buen pulso, y que vuelve a colocar a nuestro protagonista en la primera plana de la actualidad cinematográfica. Su nombre vuelve a ser considerado como uno de los más prometedores del panorama hollywoodiense.


Por Manuel Barrero Iglesias





Pero él se quita presión cuando le preguntamos si siente esa responsabilidad. Se ríe casi con vergüenza, y modestamente nos dice: “Estoy encantado de que la gente disfrute con la película, pero sugiero que el espectador entre con bajas expectativas, así la disfrutará más”.

El film utiliza la temática de los viajes en el tiempo como herramienta que usa el crimen organizado: “Lo usé porque era un buen punto de partida para la película. Si algún día se inventara esto de viajar en el tiempo, sería algo tan peligroso que solo las organizaciones criminales lo usarían. Pero creo que no se va a inventar nunca. Es una fantasía, igual que los unicornios”.

Las películas con viajes temporales siempre corren el riesgo de caer en incoherencias, ¿usó Johnson algún método para evitar esto?: “Lo que hice fue fijarme en películas que sí lo han hecho bien, como por ejemplo el primer Terminator. En esa película se plantea la situación del viaje en el tiempo, pero luego se retira, no se complica. También me gustan películas como Doce monos o Primer, donde el viaje en el tiempo está presente continuamente, y me deja alucinado cómo lo han podido hacer los guionistas. Pero yo prefiero la manera más simple”.

Hablando de Primer, su director Shane Carruth aparece en los agradecimientos: “Había prevista una secuencia con efectos especiales en la que el personaje de Bruce Willis perdía los recuerdos de su mujer a través de una especie de niebla de cristal. Pero al final tuvimos que eliminar la secuencia, y ahí se quedó la colaboración”.

Un Bruce Willis al que el director admira mucho: “Cuando cogí el coche para conocerle, me temblaban las manos. Luego, cuando lo conoces y trabajas con él; es un hombre tan dulce, generoso y tan buen actor, que todo es muy fácil”.

El otro protagonista del film es Joseph Gordon-Levitt, cuyo rostro fue transformado para que se pareciera lo más posible al de Willis (ambos interpretan al mismo personaje, con algunos años de diferencia): “Siempre pensé usar una prótesis para la cara de Joe, fuera quien fuera el que hiciera su otro yo”.

Johnson confiesa que este personaje tiene sus raíces en el cine negro: “Pienso en Casablanca, el personaje de Bogart al principio de la película es egoísta y no se arriesga por nadie, pero al final cambia. Aquí también se da esa evolución. Este tipo de antihéroe tiene su origen en el cine negro de Hollywood. Es algo que me encanta, y me gusta volver a esas raíces”.

Entonces, ¿la familia y el amor pueden cambiar conductas?: “Eso espero, es nuestra última esperanza. Nuestra mejor baza es criar bien a nuestros hijos. No siempre funciona, pero es mejor solución que intentar resolver los problemas del mundo a través de las armas”.

Muchas veces, la ciencia-ficción quiere mandar mensajes sobre el mundo que nos espera. ¿Este es el caso de Looper, o simplemente estamos ante un ejercicio de estilo?: “Ni una cosa, ni la otra. No haría una película solo para hacer un ejercicio de estilo, pero pienso que si hay algún mensaje de tipo político puede quedar anticuado enseguida. Para mí se trata de utilizar estos elementos para examinar más profundamente la condición humana: las emociones, las relaciones...eso es lo que me interesaba”.

Aparte de Terminator, también podemos encontrar similitudes con otro clásico como Blade Runner: “Es delicado, porque soy un fan de la ciencia-ficción, de esas dos películas. No quería pensar demasiado conscientemente en ellas, porque no quería que Looper fuera un listado de referencias de otras películas. Así que intenté dejar eso fuera, en todo caso en el inconsciente, y centrarme en las necesidades de esta historia”.

Y a pesar de todo, la ambientación de la película no es demasiado futurista: “Quería un mundo más realista. Primero, porque visualmente me parecía más interesante. Y segundo, porque en la primera media hora el espectador tiene que entender una serie de elementos complicados, y quería que al menos el entorno fuera reconocible”.

Siendo guionista y director en un mundo como el de Hollywood, ¿qué grado de libertad ha conseguido tener?: “Soy afortunado de haber encontrado unos productores que han confiado en mí. Y a pesar de que Looper tenía elementos oscuros, han creído que la gente querría ver la película. Muy afortunado al encontrar estos productores que además están dispuestos a arriesgar su dinero”.

Con Brick consiguió darle aire fresco al cine negro, y ahora con Looper lo ha hecho con la ciencia-ficción. ¿Cuáles son los siguientes retos que se plantea? “Ahora tengo en la cabeza cosas de ciencia-ficción. Me gusta mucho, porque es un género que casi exige combinarse con otro, y eso me gusta”.

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