Animación española de calidad en la sección Anima't con la gallega El apóstol, mientras en Casa Asia tenemos el segundo trabajo de Miike que podemos ver en esta edición: Ace Attorney. En la sección oficial, fuera de concurdo, dos remakes. El plomizo The Flying Swords of Dragon Gate y el muy estimulante Maniac.
Por Manuel Barrero Iglesias
El apóstol (Fernando
Cortizo)
Galicia suele ser cuna del
mejor cine de animación que se hace en España. Esta película es un buen ejemplo
de cómo hacer un producto más que digno. Realizado con stop motion, la película
juega la baza del terror ibérico en un film de muy reconocibles raíces. Esa
comunidad siniestra y unida para aniquilar al forastero es un tema recurrente
en nuestra filmografía.
Película de exquisita
sencillez, que consigue eso tan difícil de tener personalidad propia y crear
una atmósfera. Es evidente que la animación nacional aún está lejos de lo que
consiguen otros países en este terreno, pero se agradecen mucho propuestas de
este tipo, que dibujan un panorama algo más rico. Lástima que la valentía de la
apuesta no vaya a tener la repercusión de otros filmes de animación que carecen
del talento que aquí hay.
Ace Attorney (Takashi Miike)
La segunda película que trae
Miike a Sitges es una delirante adaptación de un videojuego que se desarrolla
en un futuro en el que los juicios duran tres días. Una película que se
desarrolla en los juzgados, pero dominada por la parodia y la comedia excesiva.
El autor se ríe del cine judicial a través de unos divertidos personajes
envueltos en situaciones descacharrantes.
Eso sí, a Miike vuelve a
jugarle una mala pasada su gusto por los metrajes extensos, y aquí le vuelven a
sobrar algunos minutos de sus más de horas de duración. Y es que los momentos
más serios tienen muy poco interés en un trabajo que sobresale en el hilarante
juego que se desarrolla en los estrados, con un abogado novato como figura
estelar de la función.
The Flying Swords of Dragon Gate (Tsui Hark)
Parecía ya superada esa moda
en el cine oriental que surgió a partir de Tigre y dragón, cuando llega Tsui
Hark y vuelve al subgénero sin aportar demasiado a lo que ya hicieron Ang Lee y
Zhang Yimou. Los ingredientes, están todos: épica, aventura, luchas en el aire,
espadas, romance… pero la mezcla, además de muy vista, le sale sosa a Hark.
La acción no está del todo
mal, pero es escasa; y el guión sobre intrigas entre clanes no ofrece nada
vibrante. Lo dicho, una película que llega a destiempo, cuando ya hemos visto
todo lo que había que ver al respecto.
Maniac (Franck Khalfoun)
Remake de la película de
1980 del mismo título, Khalfoun consigue darle personalidad propia a un trabajo
de propuesta formal arriesgada. La mayor parte del film está narrado desde el
punto de vista de su protagonista. La apuesta sale bien, dándole un toque aún
más inquietante al ambiente, ya que no deja de ser chocante que el espectador
esté continuamente en la piel del asesino.
La brutalidad de los crímenes
y una atmósfera malsana terminan de ensamblar una obra audaz, en la que hay
muy buen cine, con un director que sabe lo que se trae entre manos. La pega, alguna decisión de guión bastante discutible. Pero el brutal ejercicio de estilo ahí está, para que lo disfrutemos.
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