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martes, 2 de octubre de 2012

Steve Carell: el arte de la improvisación


Recuerdo un vídeo de Steve Carell y Stephen Colbert, cuando ambos trabajaban como reporteros en The Daily Show a las órdenes de Jon Stewart, en el que una chica que quería hacer lo mismo que ellos les preguntó qué creían que era lo más importante que debía tener un actor para ser bueno, a lo que Steve Carell respondió que capacidad de improvisación.

The Daily Show es un programa de noticias en clave de humor, una especie de Caiga quien caiga americano, mucho más destinado a producir risas que a generar controversia política. En dicho programa se hizo popular en Estados Unidos Steve Carell haciendo de reportero. Pese que hasta la fecha ha tenido grandes papeles en cine y televisión, yo creo que no lo he disfrutado tanto en ningún sitio como en este programa.

Las historias que debía cubrir habitualmente eran absolutamente absurdas. A bote pronto, me viene a la memoria una en la que unos niños bajan corriendo al salón, en el que están sus padres, gritando que hay fuego en casa. Los padres suben rápidamente para darse cuenta de que lo que pasaba es que en la televisión estaban emitiendo un programa que consistía en mostrar una chimenea ardiendo, generando en la casa la sensación de que se tiene una chimenea encendida. Los padres, ni cortos ni perezosos pidieron que se retirase el programa de antena por ser peligroso para los niños. Pues bueno, las entrevistas de Carell a los padres de los niños y a una de las responsables de la cadena ejemplifican perfectamente el tipo de comedia que uno podía esperar cuando veía a Carell improvisando en The Daily Show. Él totalmente serio, haciendo preguntas absurdas sobre temas más absurdos, a gente que se lo toma aún más en serio, generándose un nivel de patetismo y autoparodia -solo intencionada en el caso de Carell-, que hacía que el espectador no supiese si partirse de risa o mirar a otro lado por vergüenza ajena.

Tras su paso el program, Carell tuvo papeles pequeños en películas importantes y un protagonista. De entre los pequeños papeles hay que destacar su participación en El reportero: La leyenda de Ron Burgundy, comedia ya de culto que en breve tendrá segunda parte. Su primer protagonista fue en Virgen a los 40, de la cual también fue co-guionista, la cual supuso un espaldarazo importantísimo para su carrera. La película era vendida como una comedia más sobre chistes sexuales, pero el boca-oreja jugó a su favor y la primera película como director de Judd Apatow fue ganándose al público debido a que tenía un guión mucho más rico y un reparto mucho más compacto de lo que es habitual en este tipo de películas.

Donde consiguió hacerse realmente famoso fue cuando aceptó protagonizar la adaptación americana de la popular serie inglesa The office, serie creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, verdaderos gurús de la comedia televisiva inglesa de los últimos años. Estuvo siete temporadas, 140 episodios que le supusieron seis nominaciones a los Emmy y otras seis a los Globos de oro, alzándose con uno de ellos. En The office también hizo gala en muchos momentos de las dotes para improvisación que le hicieron grande en The Daily Show, siendo esos los momentos más memorables de su personaje en la serie. Carell supo bajarse del barco a tiempo -tal vez un par de temporadas antes hubiese sido mejor-, cuando la serie ya había perdido la chispa y no hacía más que ir en círculos, repitiéndose de forma preocupante.

Lo cierto es que mientras que estuvo en The office fue haciendo sus pinitos en la gran pantalla, pero también es verdad que no tuvo ningún gran papel. Posiblemente su mejor película durante esos años sea Pequeña miss sunshine, pero al tratarse de una película más o menos coral, lo cierto es que no consiguió destacar en exceso.

La necesidad de centrarse en su carrera en el cine para conseguir papeles más importantes hizo que dejase la serie, y rápidamente se convirtió en un actor muy cotizado. Su primer pelotazo fue Crazy, stupid, love, comedia romántica con los directores de la genial Phillip Morris ¡Te quiero!.

Ahora tiene por delante muchos proyectos pendientes de estreno en nuestro país, así como algunos otros ya anunciados que despiertan nuestro interés. De entre ellos destacar su participación en la nueva película del siempre interesante Charlie Kaufman, Frank or Francis; la secuela de El reportero, anteriormente mencionada; o Foxcatcher, película en la que estará a las órdenes de Bennett Miller -director de Moneyball-, y en la que compartirá protagonismo con Channing Tatum y Mark Ruffalo.

Reconozco que Carell es uno de mis cómicos favoritos y que veo cualquier película que estrene por mala que sea y que me alegro de que vaya consiguiendo meterse en proyectos de nivel que le hagan crecer como actor; pero lo cierto es que parece que voy a acabar echando de menos esa faceta suya de improvisador que tanto me ha hecho reír y que tan buenos resultados le ha dado. Espero que de vez en cuando me dé una alegría.


David Sancho

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