Autor: Santiago Lorenzo.
Ilustraciones: Ricardo Cavolo.
Editorial: Blackie Books.
Fecha publicación: 05/01/2012
Páginas: 324
Santiago
Lorenzo, cineasta de culto en el celuloide hispano gracias al
cortometraje Manualidades y al largo Mamá es boba
-película maldita por excelencia de la década de los noventa- nos
presenta la que es su segunda novela tras la anterior 'Los millones'
-guión este nunca llevado al cine tras el desengaño sufrido en su
segunda y de momento última producción Un buen día lo tiene
cualquiera, y por tanto reconvertido en volumen literario-.
La
trama de la actual 'Los huerfanitos' gira entorno a los hermanos
Susmozas, que heredarán el teatro El Pigalle, viéndose obligados a
reabrir sus puertas sin tener ni pajolera idea del negocio; para
poder así hacer frente a todas las deudas dejadas por su padre, un
empresario caradura con el que jamás llegaron a conectar, alejándose
de él cuando llegaron a la edad adulta.
Esta
contemporánea historia de perdedores, que transcurre durante los
meses de estío de 2012, está narrada a través de un exceso de
florituras lingüísticas que acentúan el carácter irónico de la
obra. Una historia coral, llena de personajes de regusto rancio y
castizo, entre los cuales se encuentran, además de Argi, Barto y
Crispo -los tres hermanos protagonistas-, la aspirante a intérprete
de la escena Laura Perellón, el entrañable grupo de técnicos
retirados, los Guajardistas, o la ex alcohólica actriz Manoli,
recién salida de un centro de alcoholemia.
'Los
huerfanitos', además de estar basada en una historia personal
del autor, que se cubrió de deudas financiando su primera película
(allá por el 97) es todo un homenaje a la escena teatral. Un
medio en el que Santiago Lorenzo desarrolló la profesión en sus
inicios y a la que ahora regresa gracias a esta novela -editada, por
cierto, de forma impecable por Blackie Books-, con la que nos
traslada de forma nostálgica a toda una generación, a la infancia
de finales de los setenta -la del scalextric, cropán y vinilos- a
través de esta decadente, cutre y lamentable historia de los
hermanos Susmozas.
Jesús Palop
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