Hace
unos años poca gente conocía a Joseph Gordon-Levitt por otra cosa
que no fuese Cosas de marcianos, una entretenida serie
que tuvo mucho éxito, y que mostraba el proceso de integración de
unos marcianos en la tierra tras adoptar apariencia humana. Diez años
después de la finalización de la serie, se ha convertido en uno de
los actores más cotizados de Hollywood.
Antes
de Cosas de marcianos y algunos años después, su carrera no
tuvo trabajos remarcables. Fue en 2004 cuando tuvo el primer papel
protagonista con el que conseguir trascender. La película en
cuestión es Oscura inocencia (Piel misteriosa) de
Gregg Araki, un duro film sobre abusos sexuales que le valió para
ser tenido en cuenta, al menos en otras producciones independientes.
Un
año después apareció en Havoc (Caos), mediocre
película que tuvo más publicidad de la merecida debido a que Anne
Hathaway aparecía desnuda en ella, lo cual generó cierto shock en
Hollywood por tratarse de la inocente chica que había protagonizado
poco antes las dos entregas de Princesa por sorpresa para
Disney.
Ese
mismo año estrenó otro pelotazo indie de la mano de Rian Johnson.
Brick tuvo una gran acogida por parte de la crítica
-lo cierto es que es una gran película- que destacó la gran
actuación de Levitt. En los años posteriores continuó
protagonizando cintas independientes sin la misma suerte.
Posiblemente The Lookout
sea la más destacable de todas, no tanto por su calidad
cinematográfica, sino más bien por la gran actuación de su
protagonista.
Tuvo
que esperar hasta 2009 para volver a participar en otra producción
independiente de éxito. 500 días juntos le supuso su
primera nominación a los Globos de oro, así como el darse a conocer
ante un público más amplio, ya que aunque se trataba de una
película de corte independiente, tuvo un relativo éxito comercial.
500
días juntos fue el empujón que le faltaba a su carrera, y le
permitió alternar las cintas independientes con las grandes
producciones de Hollywood, esas donde se encuentra el dinero y la
fama. Lo cierto es que aunque se le abrieron muchas puertas, muchos
de los proyectos elegidos no estuvieron a la altura. Problemas
de mujeres, G.I.Joe, Elektra Luxx
o Hesher son claros ejemplos
de ello. Pero a estos hay que añadir algunas cintas excelentes.
Posiblemente
el director que le ha hecho definitivamente grande haya sido
Christopher Nolan, gracias a dos papeles con bastante protagonismo en
sus dos últimas películas: Origen y El
caballero oscuro: la leyenda renace renace, cine taquillero
de alto presupuesto no exento de calidad.
A
pesar de aparecer en superproducciones de ese calibre, seguía
escogiendo pequeños proyectos, entre lo que se hace obligatorio
destacar 50/50, una más que correcta cinta indie que
le supuso su segunda nominación a los Globos de oro.
Ahora
llega a nuestras pantallas con la película Sin frenos,
un thriller sobre un repartidor que se mueve por Nueva York sobre su
bicicleta mientras un policía corrupto le persigue. La cinta ha
recibido una tibia acogida, pero de primeras, trabajar para David
Koepp -guionista de películas atemporales como Parque jurásico,
Atrapado por su pasado o Misión imposible, y director
de cintas más que correctas como El efecto dominó o El
último escalón- parecía una decisión bastante acertada.
Pendiente
de estreno tiene cintas interesantísimas como Looper
-de nuevo a las órdenes de Rian Johnson-, o Lincoln
-el biopic sobre el dieciseisavo presidente de los Estados Unidos
dirigido por Steven Spielberg-, así como su debut en la dirección
-Don Jon´s Addiction-, en la que compartirá
protagonismo con Scarlett Johansson y Julianne Moore.
Además
de su carrera cinematográfica, en los últimos años ha desarrollado
una iniciativa llamada hitRECord, una especie de productora
que se dedica a cualquier tipo de arte, ayudando a artistas jóvenes
a promocionar su trabajo en su página web y compartiendo con ellos
los beneficios.
Parece
que Joseph Gordon-Levitt está sabiendo administrar bien su carrera y
su fama, por lo que parece que lo suyo va para rato. A su favor juega
el hecho de que es un actor versátil, que se mueve con la misma
comodidad dentro de la comedia como del drama, sin hacerle ascos al
cine de acción si el proyecto que le ofrecen es interesante.
Posiblemente conseguir no caer en el olvido como tantos otros actores
de su generación sea el gran desafío. Por ahora, va por el buen
camino.
David Sancho
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