Llega la cita anual de Woody Allen con las pantallas. A Roma con amor, otra película en una gran ciudad europea que se desarrolla a través de cuatro historias independientes. Sin duda, una película menor de Allen, aunque siempre podemos encontrar algún toque de genialidad.
Si quieren ver buen cine, no se pierdan Martes, después de Navidad, película rumana que sigue la estela del último cine de este país. Con largos planos y una importancia vital de los actores y las relaciones de los personajes.
Otro estreno muy atractivo es el de Mátalos suavemente, el siguiente film de Andrew Dominik tras la magnífica El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. Protagoniza, de nuevo, Brad Pitt.
Dos de terror. Atrapados en Chernobil nos muestra a un grupo de amigos que se pierden en una zona en la que se refugiaron los trabajadores de la tristemente famosa central nuclear tras el accidente. Somos la noche es una película vampírica que ntroduce historia de amor a lo Crepúsculo. Aunque aquí, el humano es él y ella la muerta viviente.
También un par de thrillers en los que el tiempo cuenta. Contrarreloj está protagonizada por Nicolas Cage y dirigida por Simon West (Los mercenarios 2), y no aporta mucho al género. La otra es Sin frenos, una persecución por Nueva York que sufre un mensajero en bicicleta. Dirige David Koepp.
Terminamos con dos estrenos minoritarios, pero que pueden ofrecer cosas de interés. La argentina Verdades verdaderas. La vida de estela, en torno a la dictadura de aquel país; y la coreana Una vida nueva, drama sobre la infancia que se estrena con tres años de retraso.
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