Dirección,
guión y montaje:
Jean-Marc
Vallée.
Intérpretes:
Kevin Parent, Vanessa Paradis, Hélène Florent, Marin Gerrier,
Evelyne Brochu.
Fotografía:
Pierre Cottereau.
Idioma:
Francés.
Duración:
120 minutos.
6/10
Cómo
renunciar al amor
Jean-Marc
Vallée se dio a conocer gracias a C.R.A.Z.Y., película
marcada por la melomanía de su director, que también se daba el
gusto de retratar la época en la que creció. Tras una película de
época en toda regla (La reina Victoria), Vallée vuelve a las
formas de su primer gran éxito. La música vuelve a ser elemento
fundamental, una de las historias se desarrolla en la década de los
60, y ambos filmes comparten un estilo visual de razonable parecido.
Café
de flore es una película sobre el amor. Más
concretamente, sobre el dolor que provoca la renuncia a él. A través
de un montaje paralelo, el autor va relacionando dos historias que,
de entrada, parecen tener poco en común. La naturalidad con
la que transcurre el relato enmarcado en el presente otorga a este
trabajo sus momentos más inspirados. Antoine ejerce como especie
de álter ego del director, y encarna a la perfección el sentimiento
de culpa de aquel que rompe toda una vida en pareja. Y está la otra
parte, Carole. Un personaje de exquisita sutileza, que se va
introduciendo con sigilo, pero que acaba teniendo una enorme fuerza.
Mucha
más forzado resulta el punto en el que se encuentran ambas
historias. Una explicitud que rompe con la delicadeza que hasta ese
momento reinaba en el film. La explicación final sobre la
función que cumplen Jacqueline y su hijo en el conjunto de la obra
es poco honesta, además de algo tramposa.
Y
eso que por, sí misma, esta historia de desmedido amor maternal no
funciona nada mal. Con una fotografía de nostálgica belleza, Vallé
incide en la idea del necesario sacrificio que supone dejar volar en
libertad al ser amado. Un desenlace en exceso dramático termina
estropeando esta bella historia parisina, a la que no le hacía falta
el truculento golpe de efecto para calar en la audiencia.
Así,
Café de flore es un trabajo que destila
sensibilidad y buen gusto, pero en el que a su director se le va la
mano en más de una ocasión. Un punto efectista que ya se dejeba
ver en C.R.A.Z.Y., y que nos quita la oportunidad de ver a un
cineasta aún mejor de lo que hemos podido disfrutar hasta ahora.
Manuel
Barrero Iglesias
No hay comentarios:
Publicar un comentario