Lobos
de Arga (España, 2011).
Dirección
y guión: Juan martínez Moreno.
Intérpretes:
Gorka Otxoa, Carlos Areces, Secun de la Rosa, Mabel
Rivera,
Luis Zahera, Manuel Manquiña.
Música
original: Sergio Moure.
Fotografía:
Carlos Ferro.
Montaje:
Nacho Ruiz Capillas.
Idioma:
Español.
Duración:
104 minutos.
Humor
licántropo
Dentro
del reciente auge del género de terror en el panorama nacional; poco
a poco va ampliándose el campo hacia lo fantástico en general, y al
híbrido de éste con otros géneros. En concreto, en lo que llevamos
de 2012 varias son las producciones que se han atrevido a hacer
comedia dentro de un contexto puramente fantástico. Extraterrestre
de Nacho Vigalondo toma como excusa una invasión alienígena
para dar forma a una comedia de enredo. Javier Ruiz Caldera en
Promoción fantasma
hace un homenaje a la comedia gamberra teen y fantástica de
los 80s. Y por último, la recién estrenada Lobos de Arga de
Juan Martínez Moreno, recupera la figura clásica del hombre lobo en
su versión más ochentera: mezclando terror, aventura, y una gran
carga de comedia.
A
pesar del esfuerzo que se hace en crear un ambiente de terror, y el
mérito que tiene dejar de lado los efectos digitales y recuperar los
maquillajes tradicionales para dar vida a los hombres lobo, estos no
dan mucho miedo. Sin duda, la parte fuerte es el humor. Alejada de
la presumible parodia del género, la comedia se desencadena a través
de las reacciones de sus protagonistas, y las situaciones que éstas
generan.
Gran
parte del éxito se debe a la elección y al trabajo de su trío
protagonista: Gorka Otxoa, (el omnipresente) Carlos Areces, y
Secun de la Rosa. Cada uno en su registro, que va a la par con su
personaje, se complementan dando bastante juego. Pero si la
película funciona es también por el apoyo de sus personajes
secundarios, entre los que destaca un magnífico Luis Zahera
en el papel de un teniente de la Guardia Civil que da ganas de
levantarse y aplaudir.
Lobos
de Arga es una película entretenida, que si bien
cojea en la parte más seria de terror, sí que consigue recuperar
parte del espíritu del cine fantástico de esa época, -en la
que no se tenía el apoyo de los efectos digitales para sorprender al
espectador- y se tenía que tirar más del ingenio y del peso de sus
personajes. No pretende ser más de lo que es, no intenta otra
cosa más que entretener y arrancar algunas risas al espectador. Y
esto sí que lo consigue.
M.
Lofish
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