Uno de los rostros más reconocibles del cine español. Juan Luis Galiardo debutó en los 60, y en poco tiempo su imagen se asoció a la del galán, que le acompañó durante dos décadas. Novios 68 (1967), No desearás a la mujer de tu prójimo (1968), La nenas del mini-mini (1969), Después de los nueve meses (1970), El apartamento de la tentación (1971), Marco Antonio y Cleopatra (1972) El juego del adulterio (1973), Madres solteras (1975), Mayordomo para todo (1976) o Esposa de día, amante de noche (1977) fueron algunos de los muchos títulos en los que apareció.
Una época en la que no faltaron sus trabajos en México, incluyendo uno a las órdenes de Arturo Ripstein: Rastro de muerte (1981). Aparte de otros directores básicos en la historia de nuestro cine como Carlos Saura, Vicente Aranda o Paul Naschy: Stress-es tres-tres (1968), Clara es el precio (1975) e Inquisición (1976).
Pero el definitivo cambio de imagen llegó con la creación de la productora Penélope Films, y su papel en la serie Turno de oficio (1986-87). El disputado voto del señor Cayo (1986), Soldadito español (1988) o El vuelo de la paloma (1989) culminaban una década en la que establecería lazos con directores como Antonio Giménez Rico o José Luis García Sánchez. Con este último tendría una relación especialmente fructífera, incluyendo la trilogía de Suspiros de España.
En los 90 trabajó a las órdenes de Berlanga en Todos a la cárcel (1993), José Luis Cuerda en Así en el cielo como la tierra (1985), Fernando León de Aranoa en Familia (1996)-memorable papel-, o Fernando Trueba en La niña de tus ojos (1998).
Con un prestigio merecidamente ganado, Galiardo hizo en la última década de su vida un poco de todo. Siguió siendo actor fetiche de Carlos Saura, apareció en comedias casposas como Torrente 2: Misión en Marbella (2001), Vivancos 3 (2002), Lisístrata (2002), El oro de Moscú (2003), o La daga de Rasputín (2011). Fue nada más y nada menos que Don Quijote en la versión de 2002 de Manuel Gutiérrez Aragón. Y Encarnó a Fidel Castro en I Love Miami (2006). Estuvo en Lázaro de Tormes (2001), y en una polémica película de temática homosexual/terrorista llamada Clandestinos (2007).
Su último trabajo fue La chispa de la vida (2011), dirigida por Álex de la Iglesia, otro de los grandes creadores españoles de los últimos tiempos. Fallece un actor de carácter, de personalidad arrolladora. Un auténtico animal de la interpretación que sobrevivió a su imagen de galán para resurgir como un actor imponente.
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