Elles
(Francia-Polonia-Alemania,
2011).
Dirección:
Malgorzata Szumowska.
Intérpretes:
Juliette Binoche, Anaïs Demoustier, Joanna Kulig, Louis-Do
Lencquesaing, Krystyna Janda.
Guión: Malgorzata Szumowska, Tine Byrckel.
Música
original:
Pawel Mykietyn.
Fotografía:
Michal Englert.
Montaje:
Jacek Drosio, Françoise Tourmen.
Idioma:
Francés, inglés, polaco.
Duración:
99 minutos.
La
burguesa reprimida
El
oficio más antiguo del mundo. Uno de los muchos eufemismos que se
utilizan para referirse a la prostitución. Pero no deja de ser
cierto que esta actividad existe casi desde los inicios de la
humanidad. No es de extrañar que el arte se haya fijado
constantemente en un tema tan amplio y complejo. Ya sabemos, el sexo
siempre ha sido un asunto entre turbio y fascinante. Y siempre
provoca más controversia que alguien se venda para dar placer a
otro, que para limpiarle la casa. Cosas de la mojigatería.
Por
supuesto, no entramos en el tema de la trata de personas (mujeres y
niños principalmente) como mercancía sexual. La esclavitud del
siglo XXI que no se persigue como debiera, y que también se han
cansado de denunciar muchas películas, periodistas, etc. Ellas
habla de la prostitución que se ejerce de forma
voluntaria. Bueno, todo lo voluntario que puede ser “escoger” un
trabajo en la sociedad que vivimos.
Aquí
las prostitutas son estudiantes universitarias que pueden pagarse los
estudios (y vivir bien) gracias a su ocupación. El film plantea
cuestiones en todos los sentidos, pero nunca pretende juzgar.
Podemos entender a estas chicas. Y a pesar de traten de auto
convencerse, no todo es felicidad. Aunque claro, si en vez de ser
putas, fueran camareras ¿su insatisfacción no sería aún mayor?
Y
aunque Szumowska no juzgue a sus personajes de forma individual, si
se nota esa carga de tristeza a la hora de valorar la sociedad que
hemos creado. Mentiras, frustraciones o frialdad. Un mundo lleno
de vacío. Algo que refleja muy bien el personaje de Juliette
Binoche; una periodista acomodada, madre de familia y esposa. Y cuyo
mundo se tambalea cuando entra en contacto con las dos prostitutas a
las que entrevista par su reportaje.
Porque,
en el fondo, estamos ante el típico relato de mujer insatisfecha
con su vida monótona y aburguesada. El talento de Juliette Binoche y
algunas buenas pinceladas consiguen mantener el interés de un relato
que termina siendo más bien anodino.
Manuel
Barrero Iglesias
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