The
dictator (USA, 2012)
Dirección:
Larry Charles.
Guión:
Sacha Baron Cohen, Alec Berg, David Mandel, Jeff Schaffer.
Intérpretes:
Sacha Baron Cohen, Ben KIngsley, John C. Reilly, Anna Faris, Jason
Mantzoukas, Bobby Lee, Megan Fox.
Música
original: Erran Baron Cohen.
Fotografía:
Lawrence Sher.
Montaje:
Greg Haiden, Eric Kissack.
Idioma:
Inglés.
Duración:
83 minutos.
Sacha
Light Cohen
Sacha
Baron Cohen es un tipo al que siempre le ha gustado provocar.
Comenzó a hacerse un nombre internacionalmente cuando en 2002 llevó
a la gran pantalla a Ali G, personaje televisivo que le había dado
fama en Reino Unido. A partir de ahí comenzó a tener pequeños
papeles en comedias de Hollywood, y en algún que otro drama, pero lo
que todo el mundo espera de él son sus comedias pasadas de rosca.
Con
El dictador no se sale demasiado de lo que ha hecho hasta
ahora. Firma el guión, esta vez sin sus dos colaboradores
habituales: Anthony Hines y Dan Mazer. Y no sé si es por su falta,
pero lo cierto es que a Cohen le ha salido su película más floja
hasta la fecha.
La
historia de un dictador que hará todo lo posible para que la
democracia no llegue a su país, y que acude a Estados Unidos -el
paradigma de la libertad (jajaja)- a exponer sus ideas al respecto,
debería de haber dado mucho más
de sí. El cine del actor y guionista británico nunca se
ha caracterizado por la mesura, sino más bien por pasarse tres
pueblos, pero en este caso, el mayor problema de la cinta es que
nunca llega a escandalizar.
Muchas
son las bromas que podrían ofender a los yihadistas, pero en lo que
se refiere a Estados Unidos, nunca llegan a hacer sangre, y yo
personalmente la quería. No tengo ningún interés en que alguien me
diga que Bin Laden y los suyos son mala gente, han sido años de
telediarios contándonoslo continuamente. En cambio, mi opinión
sobre la película hubiese cambiado mucho si hubiese tenido más
agallas a la hora de establecer paralelismos entre las dictaduras
islámicas y las del mercado, aquellas que matan aun más vidas
pero desde la legalidad, y a veces sin la ley de su lado.
Tal
vez el hecho de que Estados Unidos sea un mercado tan importante para
la película haya hecho que tomen el camino fácil y que no pasen de
un par de chistes inofensivos contra el american way of life y
su bien engrasada maquinaria. Una cosa es meterse con ciertos
sectores de la sociedad americana como hizo en sus anteriores
películas – Borat y Bruno – y otra muy distinta
clamar contra el orden preestablecido.
De
todos modos, más allá de las preferencias de cada uno con respecto
a en qué dirección deben de ir los golpes, la película flojea en
exceso. Se pueden contar con los dedos de la mano los chistes que
consiguen generar verdaderas risas, lo demás son meros
chascarrillos, en la mayoría de las ocasiones tan facilones que
acaban por hacernos sonrojar. Pueriles como si de la más estúpida
película americana se tratase.
A
la postre se trata de un producto decepcionante que tiene momentos
de lucidez que consiguen hacer su visionado más soportable,
además de un metraje que no llega a los 90 minutos y al que no se le
echa en falta ni un minuto más, sino todo lo contrario.
David Sancho
Me da mucha pereza. Brüno ya me dejó bastante frío. Encima, despues vi Ali G anda suelto y me terminó de rematar porque me pareció malísima.
ResponderEliminar