The Amazing Spider-Man (USA, 2012).
Dirección: Marc Webb.
Intérpretes: Andrew Garfield, Emma Stone, Rhys Ifans, Denis Leary, Martin Sheen.
Guión: James Vanderbilt, Alvin Sargent, Steve Kloves; sobre los personajes creados por Stan Lee y Steve Ditko.
Música original: James Horner.
Fotografía: John Schwartzman.
Montaje: Alan Edward Bell, Michael McCusker, Pietro Scalia.
Idioma: Inglés.
Duración: 136 minutos.
El Aburrido Spider-Man
Dejando de lado discusiones de si ésta nueva versión era necesaria teniendo tan reciente la trilogía previa de Sam Raimi, o si este o aquel cambio respecto al canon es más o menos satisfactorio. ¿Qué pasa con The Amazing Spider-Man? Encargar el proyecto a Marc Webb ((500) Days of Summer) era ya una declaración de intenciones: se quería dar un nuevo aire al personaje. En este reboot hay un intento de darle más importancia a la persona de Peter Parker que a las peripecias de Spider-Man. Además, ya no es el pardillo, ni es torpe con las mujeres, aunque tampoco lo han convertido en un chico popular (eso habría sido ya demasiado). Peter es un chico normal, un joven con buenas intenciones pero pasota, con cierta rebeldía propia de la edad; y más que mostrar ingenio, puede ser un caradura si lo necesita. Este nuevo Peter Parker no va dirigido a los seguidores del cómic, sino al público juvenil actual, y por ello busca ser reflejo del adolescente medio. Para ello se le normaliza lo más posible.
Tener de repente super-poderes es de ese tipo de cosas que te cambian la vida y pueden hacerte madurar. Pero no, Peter Parker es un inmaduro de principio a fin. Los poderes adquiridos solo parecen afectarle en lo físico y poco en lo emocional. Está demasiado ocupado con el misterio de sus padres y con su romance con su compañera de instituto, Gwen Stacy. Esta inmadurez del personaje choca con el tono más oscuro e introspectivo -en apariencia- que se le quiere dar a la nueva saga, pero al rascar no hay más que eso: apariencia.
Una vez más se comete ese gran error de creer que por envolver la historia en un tono visual más serio o sobrio y menos increíble, automáticamente se va a dotar de mayor profundidad a la historia. Y no. Apenas se aprecia una evolución en el personaje, si es que se puede decir que en algún momento evoluciona. La madurez que adquiere Peter Parker cuando se da cuenta de la responsabilidad que conllevan los poderes adquiridos está prácticamente ausente en esta versión, recayendo mucho más el peso en la vida privada del adolescente.
Andrew Garfield, siendo aceptable en el papel del nuevo Peter Parker, no da la talla cuando se enfunda el traje, quedando bastante sosainas. Algo que caracteriza al trepamuros, haciéndolo tan carismático y diferenciándolo de muchos otros super-héroes; es su desenvoltura, su marcada ironía, y cómo les toma el pelo a sus enemigos cuando se enfrenta a ellos. Claro que el guión no le da mucha cancha para desarrollar esta faceta. Una desventaja de la normalización del carácter del personaje es que esto contribuye a que se pierda el contraste entre Peter Parker y el Parker desinhibido que se esconde bajo la máscara que es Spider-Man. No hay matices.
Que destaque lo bien retratado que está Flash Thompson -con lo poco que aparece-, dice bastante de lo mal construidos y poca fuerza que tienen los personajes principales en los que se debería sustentar la película (de los que solo los Stacy aprueban). Otro detalle que demuestra lo poco que importa el súper-héroe en esta versión, es lo descuidado que es a la hora de ocultar su identidad secreta. Son múltiples las veces que sin ningún pretexto (más allá de mostrar su cara bonita) y de manera poco natural, se quita la máscara (o se la quitan).
La dosis de acción se quedan como un mero relleno que se supone que tiene que estar allí. Buenos efectos visuales pero con una trama tan inconsistente como el resto que no llega a suscitar el interés, sino más bien aburre. Caminos abiertos que luego no llevan a ninguna parte, destellos de un Lagarto que nunca llega a ser verdaderamente protagonista, búsqueda de conmover al espectador por la vía fácil y de la manera más patética y convencional. Todo muy desalentador.
Como película de superhéroes no entretiene, y como introspección del personaje bajo la máscara -aunque vaya de profundo- se queda bastante superficial. No es ni una cosa ni la otra, ni tampoco encuentra el equilibrio entre las dos vertientes. Los hilos que componen la red de The Amazing Spider-man son poco consistentes y están mal atados; quedándose en unas medias tintas, ante las cuales, el único consuelo que queda llega cuando aparecen los títulos de crédito con el cameo del siempre grande Stan Lee.
M. Lofish
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A mi me ha gustado más que a ti. Aunque tiene momentos demasiado tontorrones, por lo general creo que equilibra bastante bien el drama quinceañero con la acción. Me entretuvo durante más de dos horas, que eso para mi ya es mucho.
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