Miel de naranjas

5/10

Miel de naranjas (España, 2012).

Dirección: Imanol Uribe.

Intérpretes: Iban Garate, Blanca Suárez, Karra Elejalde, Eduard Fernádez, Carlos Santos.

Guión: Remedios Crespo.

Música original: Nuno Malo.

Fotografía: Gonzalo F. Berridi.

Montaje: Buster Franco

Idioma: Español.

Duración: 101 minutos.

Cine de género y franquismo

El cine español empieza a utilizar la época de la posguerra como marco en el que encuadrar filmes de género, más que para seguir redundando en la situación política de la época (que tampoco queda excluida). Pero es todo un signo de madurez que películas como Silencio en la nieve o esta Miel de naranjas se decanten por el thriller para retratar esa parte de la historia española que tan nerviosos pone a algunos. No son grandes películas, pero ahí está el pequeño paso adelante.

Miel de naranjas no aporta demasiada novedad al cine de espías, o las historias de amor en tiempos difíciles. Una película tan convencional como correcta, que Uribe saca adelante con el oficio de quien ya ha recorrido un largo camino en este mundo. Eso sí, el director se aleja de los productos de la época prescindiendo de los habituales tonos grises, para aprovechar toda la luminosidad de Andalucía con una fotografía radiante.

Sí me gustaría destacar un aspecto que da cierta ambigüedad a las relaciones entre personajes. De manera muy sutil se pueden detectar hasta dos situaciones que pueden dar lugar a dobles lecturas. En una de ellas, los mismos autores reconocen que se plantearon la posibilidad durante el proceso de creación. Aunque para este cronista esa relación es más una relación de amistad al estilo de la que mantienen Harvey Keitel y Tim Roth en Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992).

El otro momento es incluso más sutil -y probablemente no buscado-, relacionado con las primeras apariciones del personaje de José Manuel Poga. Pinceladas que se diluyen pronto, ya que la trama derivaría hacia otros derroteros bien distintos. Al final, nos encontramos ante un film de corte clásico que cumple sin brillo, pero que nos deja algún pequeño destello.

Manuel Barrero Iglesias