El
mundo es nuestro (España, 2012).
Dirección
y guión: Alfonso Sánchez.
Intérpretes:
Alberto López, Alfonso Sánchez, Pepe Rodríguez, Antonia Gómez,
Alfonso Valenzuela, Maite Sandoval.
Fotografía:
Daniel Mauri.
Montaje:
Carlos Crespo.
Idioma:
Español.
Duración:
87 minutos.
Que
el enterismo nos acompañe
Tiene
mucho mérito lo que han conseguido estos dos jóvenes sevillanos,
con poco dinero y mucho talento. Un puñado de exitosos cortometrajes
que han recorrido la red, con ellos dos como únicos protagonistas. Y
siempre a través de planos secuencia. Toda una berlanguiana
declaración de intenciones. Un humor lleno de inteligencia,
haciendo reír desde la realidad, nunca desde la exageración. Unos
personajes que son resultado de una concienzuda preparación, nada
que ver con la caricatura de trazo grueso que muchos otros usan para
hacer comedia.
¿Resistirían
dos de sus personajes más carismáticos (el Culebra y el Cabesa) el
salto al largometraje? Rotundamente, sí. La comicidad de la
pareja se multiplica gracias a un absoluto dominio de sus caracteres,
y a unos diálogos afilados e impregnados de calle. Cada vez que
ellos dos aparecen en pantalla, la carcajada está asegurada.
Pero
no queda ahí la cosa. Detrás de esta sucesión de certeros
chistes, tenemos la crónica y la crítica social. Qué mejor forma
de abordar la cruda realidad que a través de la más salvaje
comedia. El guión empezó a escribirse hace años, con el
corralito argentino como referencia, pero la situación actual hace
que el material cobre una inusitada vigencia. El autor se sirve de un
variado grupo de personajes que representan un amplio espectro de la
sociedad. De nuevo tenemos que hablar de Berlanga, y es que
este retrato coral nos remite directamente a algunas de las grandes
obras del director valenciano.
Una
mirada irónica, pero siempre con mucho cariño (excepto para los
inevitables malvados que representan la corrupción) de una fauna
muy reconocible. Por cierto, muy inteligente la decisión de que
el héroe sea un empresario. Banqueros y políticos se llevan la peor
parte, pero también se llevan lo suyo la policía o los medios de
comunicación (sublimes los momentos en los que aparece la
presentadora de la televisión local).
Lo
local, algo muy presente en El mundo es nuestro,
película arraigada en las mismas entrañas de Sevilla. Pero como
muchas grandes películas, lo particular se convierte de forma
inmediata en universal. Cuando se crean personajes que rebosan
carisma dentro de un sólido guión, resulta mucho más sencillo
llegar a todo tipo de público. Eso sí, el director no pierde el
espíritu crítico, y su ciudad también es blanco de alguna que otra
puya muy bien lanzada.
Retengan
estos dos nombres: Alfonso Sánchez y Alberto López. El
primero se ha encargado de orquestar todo este tinglado. Productor,
director, guionista y protagonista. En todas y cada una de las
facetas ha salido más que airoso. El segundo, su inseparable
compañero. Un actor con ese magnetismo, y ese don innato para hacer
reír. Juntos han formado una de las parejas de más éxito en la red
en los últimos años. Y su debut en la gran pantalla no puede ser
más esperanzador. Un necesario soplo de aire fresco para el cine
español. Llena de referencias cinéfilas, pero con estilo propio,
esta comedia repleta de energía tiene toda la pinta de ser el
comienzo de una larga carrera en el cine para estos dos kamikazes.
Manuel
Barrero Iglesias
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