Nombrado
en innumerables ocasiones como el sucesor natural de Bruce Willis,
este actor británico cuenta con una sólida carrera dentro del mundo
de las películas de acción, con una filmografía de una calidad
media bastante superior a la de la mayoría de sus compañeros de
pelea. Lo que me resulta bastante curioso es como ha conseguido
destacar dentro del cine de acción sin protagonizar ninguna película
de gran presupuesto, no hay blockbusters en su filmografía, lo cual
hace mucho más meritoria su ascensión al estrellato.
Reconozco
que no he visto ni la mitad de sus películas y que me daría una
pereza extrema hacer un ciclo con las que me faltan, pero lo que si
que es cierto es que de las que he visto, la mayoría me han parecido
cuanto menos dignas.
Jason
comenzó bastante fuerte su andadura en esto del cine con las dos
primeras películas del antes interesantísimo Guy Ritchie. Lock &
Stock y Sntach. Cerdos y diamantes, eran thrillers con toques de
comedia con muchísimo ritmo y una propuesta visual bastante
estimulante. Posiblemente no se merezcan ser las películas de culto
en las que se han convertido, pero lo cierto es que son películas
que da gusto volver a visionar.
Para
su tercera película escogió una cinta de serie B dirigida por el
siempre personal John Carpenter llamada Fantasmas de Marte, cinta
infravalorada que era un western espacial tremendamente divertido y
grotesco. La película no le sirvió para conseguir mayor
popularidad, pero siempre queda bonito en el currículum el poder
poner tu nombre al lado de uno de los grandes del cine (me sigo
refiriendo a Carpenter… La cosa, 1997: Rescate en Nueva York,
Asalto a la comisaría del distrito 13 y Vampiros avalan mi
afirmación… y si no, para gustos los colores).
Luego
vinieron películas que no he visto y que seguramente no veré, de
las que destaca la primera entrega de la saga Transporter, la cual,
junto a las dos entregas posteriores, le acabó de convertir en la
estrella del cine de acción que es ahora mismo.
De
sus cintas posteriores destacaría Collateral, del siempre genial
Michael Mann, película de acción que en el fondo es cine de autor
en estado puro, donde Statham hacía un pequeño cameo y Cellular,
thriller efectivo y entretenido en el que acompañaba a Kim Basinger.
Tras
estas dos películas vinieron una serie de películas de dispar
calidad que fueron consolidando aun más su carrera, de entre las
cuales hay que destacar su participación en la desastrosa En el
nombre del rey, película del maestro del cine basura Uwe Boll y la
más absurda y trepidante película de su filmografía, Crank: Veneno
en la sangre, la cual tendría una secuela que os podéis ahorrar
perfectamente.
De
los últimos años poco que destacar, todas sus películas parecen la
misma pero con distintos escenarios. Cine de acción directo, sin
mucho argumento pero con ese toque socarrón que Statham siempre
aporta a sus personajes. Tal vez de todos esos clones me quede con
The mechanic, remake de una película protagonizada por Charles
Bronson en 1972 que tiene un guión relativamente más trabajado que
el resto de sus películas.
Imposible
hablar de Statham sin nombrar esas cintas de acción coral que son
Los mercenarios y la secuela que está a punto de llegar a nuestros
cines. La primera de ellas parecía que iba a ser la película de
acción total, sobretodo después de que Stallone rodara esa
genialidad de la mutilación que es John Rambo, pero en vez de tomar
el camino de la muerte y la destrucción optó por introducir toques
de humor y relaciones amorosas, de las que Statham era el
protagonista, desperdiciando las posibilidades de un reparto puesto
hasta arriba de esteroides. Al final la película acabó siendo un
quiero y no puedo que se quedó a medio camino de ser la gran
película que muchos esperábamos. La segunda entrega vuelve a
prometer ser la gran película de acción de los últimos años, cosa
que a buen seguro no será, pero por lo menos podremos ver a lo más
casposo del cine de acción en una misma película.
De
entre sus próximos proyectos hay que destacar su colaboración con
otro de los grandes, Brian de Palma,con quien esperemos que se
desencasille un poco pero sin perder ese toque sarcástico que le ha
hecho grande.
David Sancho
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