In
film nist (Irán,
2011).
Dirección
y fotografía:
Jafar Panahi, Mojtaba
Mirtahsmasb.
Guión
y montaje:
Jafar Panahi.
Idioma:
Persa.
Duración:
75 minutos.
El
retorno de Jafar
Esto
no es (solo) una película, que también. Es un grito desgarrado, un
ejercicio de resistencia activa ante la injusticia.
Pongámonos
en situación. En marzo de 2010, Jafar Panahi es detenido. No era la
primera vez que resultaba encarcelado, pero en esta ocasión su
libertad no iba a ser sencilla de conseguir. Los motivos de la
detención, según el ministro de cultura iraní: “estaba
haciendo una película contra el régimen en la que se mostraban los
acontecimientos posteriores a las elecciones de 2009”.
Así,
sin más. No tardó en llegar la reacción internacional, desde
reputados cineastas hasta organizaciones como Amnistía
Internacional. Especialmente, cuando el director inició una huelga
de hambre que se prolongó durante 10 días. Finalmente, fue liberado
bajo fianza. Sin embargo, en diciembre de 2010 fue condenado
a seis años de prisión y 20 años de inhabilitación para hacer
cine.
Esto
no es una película se
rodó tras esta sentencia, mientras el autor cumplía arresto
domiciliario. Ahí reside su gran valor, en su carácter
contestatario.
Mientras tenga una cámara a mano, Panahi seguirá haciendo cine, por
mucha prohibición que le hagan las autoridades de su país.
El
film toma la apariencia de improvisado documental que narra un día
en la vida del mismo Panahi. La brillante primera parte nos muestra
la desesperación del cineasta secuestrado.
Ante la imposibilidad de salir a la calle a hacer la película que
quiere, el director nos la trata de contar. Con la alfombra de su
casa como escenario, trata de reproducir la historia que no le dejan
filmar. Aunque el entusiasmo se convierta en lógico abatimiento por
la farsa.
Es
entonces cuando este experimento se convierte en otra(s) película(s)
distinta(s). Las conversaciones entre Panahi y su cómplice Mojtaba
Mirtahsmasb son un continuo desafío
humorístico a la prohibición.
El uso
imparable de las nuevas tecnologías
como registradoras insobornables, se encuentra esa larga secuencia que
Panahi graba con su teléfono móvil. Y también
hay sitio para un 'paseo' por el mundo exterior, aun sin salir de
casa.
Basta con alguna llamada telefónica y los ruidos procedentes del
exterior para hacer un pequeño retrato de la situación de todo un
país.
Esta
ingeniosa mezcla entre realidad y ficción nace de la necesidad. Y,
desde ahí, se convierte en uno de los más sólidos filmes de su
cineasta. Enlazando con El espejo
(a la que el propio autor hace referencia), Esto
no es una película se alza con un
lúcido discurso formal que, además, es todo un golpe en la
mandíbula de un régimen obsoleto.
Porque,
no lo olvidemos, estamos ante un trabajo clandestino. Un film que
salió de Irán en un pendrive, y que ya se ha podido ver en medio
mundo. Por fortuna, a los irreductibles como Jafar Panahi nadie les
podrá callar. Para eso, tendrán que matarlo.
Manuel
Barrero Iglesias
No hay comentarios:
Publicar un comentario