Hugo
(USA,
2011).
Dirección:
Martin Scorsese.
Intérpretes:
Asa Butterfield, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Chloë Grace
Moretz, Jude Law.
Guión:
John Logan, sobre el libro de Brian Selznick.
Música
original:
Howard Shore.
Fotografía:
Robert Richardson.
Montaje:
Thlema Schoonmaker.
Idioma:
Inglés.
Duración:
126 minutos.
París
y la Luna
Resulta
extraño ver a Martin Scorsese embarcado en un proyecto de este tipo.
Y es que el director neoyorquino siempre había esquivado el cine
familiar y lleno de sensiblería, más propio de otros compañeros de
generación. Debe ser que a sus ya 70 años, el cineasta de la
violencia y los personajes atormentados ha decidido que ya era hora
de hacer una película que pudieran ver sus nietos. Un amable
cuento protagonizado por niño huérfano adorable, pero injustamente
tratado por la vida.
¿Qué
le ha pasado a Scorsese para que haya decidido adaptar un material
tan spielbergriano? Es fácilmente deducible que el elemento
que más atractivo le resultara fuera la cinefilia nostálgica. Y es
que el libro escrito e ilustrado por Brian Selznick parte de una
realidad (el olvido que sufrió George Méliès durante más
de una década, y su posterior reivindicación) para crear una fábula
que apuesta por el poder de los sueños y la imaginación.
El
muy cinéfilo Scorsese reverencia con infinito cariño y respeto la
figura del mago francés. No podemos olvidar que Méliès fue,
entre otras muchas cosas, pionero de la ciencia-ficción en el cine.
Más de un siglo después, sus obras siguen teniendo absoluta
vigencia. Incluso en esta época, invadida por el digital y las tres
dimensiones. Un formato que, por cierto, ha escogido Scorsese para
rodar este film.
A
pesar de la fabulosa recreación del París de los años 20, de la
portentosa dirección de Scorsese, y del estupendo trabajo de todo el
reparto; La invención de Hugo es una película
fría. Exceptuando la emoción que supone el homenaje a Méliés,
hay una alarmante falta de calidez en todo este espectacular
conjunto. Además de fracasar estrepitosamente en sus intentos de
comedia slapstick con el personaje que interpreta Sacha Baron
Cohen.
También
es cierto que el guión tampoco da mucho más de sí. Las aventuras y
desventuras de este Hugo interesan muy poco; y solo el efecto mágico
de Méliès es capaz de hacer funcionar un artefacto sin vida. Y es
que a Scorsese le cuesta mucho encontrar la llave mágica que haga
funcionar toda esta maquinaria.
Manuel
Barrero Iglesias
A mi no me llama nada esta peli. Cero pelotero.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con la crítica. Técnicamente es genial, pero la historia no consigue transmitir demasiado.
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