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miércoles, 28 de marzo de 2012

Tan fuerte, tan cerca


3/10
Extremely Loud & Incredibly Close (USA, 2011).
Dirección: Stephen Daldry.
Intépretes: Thomas Horn, Tom Hanks, Max von Sydow, Sandra Bullock, Viola Davis.
Guión: Eric Roth, sobre la novella de Jonathan Safran Foer.
Música original: Alexandres Desplat.
Fotografía: Chris Menges.
Montaje: Clairse Simpson.
Idioma: Inglés.
Duración: 129 minutos.



Oportunidad desperdiciada

No es del todo desdeñable el planteamiento de Tan fuerte, tan cerca. Buena oportunidad para hablar de la recomposición y la aceptación tras la tragedia. El propósito es hacerlo a través de la mirada de un niño excepcional con problemas de adaptación. Y el marco, un hecho tan devastador como el atentado terrorista del 11 de septiembre. Si se hace de la forma adecuada, puede ser una experiencia hasta catártica tratar temas como el dolor por la pérdida, o la superación del trauma.

Tampoco es que sea particularmente original el viaje emprendido por el niño protagonista. Sin ir más lejos, La invención de Hugo también tenía huérfano aferrado a un objeto con la esperanza de que le mostrara un último mensaje del padre desaparecido. Esa obsesión por mantener vivo al que ya no está, hasta que el trayecto acaba con la decepción de no encontrar lo buscado. Lo de siempre, a la madurez se llega por el viaje en sí mismo, no por la meta alcanzada.

Uno de los principales errores del film es tratar de entroncar el presente con un pasado lejano, despreciando así el carácter de pequeño drama íntimo. Ese anciano que encarna Max von Sydow es un personaje con poca entidad, errático, y mal cerrado. La relación con la Segunda Guerra Mundial queda metida con calzador.

Aún más discutibles son los otros dos planos temporales en los que se desarrolla la acción. Los flash-back que muestran la felicidad familiar inciden de forma reiterada en la idílica complicidad paterno-filial. Hasta tal punto machacona, que se vuelve risible. Momentos que pretenden ser entrañables, y dan vergüenza ajena. Me pregunto por qué nadie advirtió a Tom Hanks de la ridiculez de ese movimiento de hombros.

El colmo de la manipulación sentimental llega con la reconstrucción del fatídico día, sirviéndose de sucias tretas que buscan con descaro la lágrima fácil. Tampoco con el personaje materno juega limpio Daldry, del que se sirve para ‘regalarnos’ otro engaño emocional.

Ya sabemos lo complicado que es hacer un film sobre temas tan delicados. Hacerlo de esta forma tan poco sutil y tan desesperada por ‘emocionar’, no era la mejor opción.

Manuel Barrero Iglesias




1 comentario:

  1. No se porqué pero tengo ganas de verla, sabiendo que la voy a detestar, quiero verla para ponerla verde con conocimiento de causa.

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