Dirección: Stephan Elliot.
Intérpretes: Xavier Samuel, Kris Marshall, Kevin Bishop, Laura Brent, Olivia Newton-John, Jonathan Biggins, Rebel Wilson.
Guión: Dean Craig.
Música original: Guy Gross.
Fotografía: Stephen F. Windon.
Montaje: Sue Blainey.
Idioma: Inglés.
Duración: 92 minutos.
Comedia sin vida
Este año hemos podido ver una película titulada Bridesmaids (cuya traducción sería ‘Damas de honor’, en lugar del horrendo título español, La boda de mi mejor amiga). El título original de Una boda de muerte hace referencia a los padrinos del novio. Dos comedias con clara vocación de incorrección política, en torno al matrimonio y todo lo que rodea a esta institución.
Y si La boda de mi mejor amiga, aún con unos cuantos hallazgos, se quedaba a mitad de camino; Una boda de muerte se queda a una distancia abismal de su meta. Para empezar, por la vacuidad de una propuesta en la que no hay el menor atisbo de reflexión. Cosa que tampoco es imprescindible. Ahí tenemos Un funeral de muerte, con la que este film comparte guionista, y que era un más que digno divertimento (y solo eso).
Una boda de muerte se limita a ser una sucesión de situaciones límites sin ton ni son. No hay nada que dé consistencia a unos gags que, además, son bastantes flojos. Drogas, escatología, animales… el tour de force de pequeñas catástrofes termina resultando extenuante, pero por lo cansino.
Para colmo de males, los personajes a los que se supone mayor atractivo (los amigos del novio) no tienen ninguna gracia. Se supone que son ellos los que tienen que hacernos reír, pero nos encontramos ante unos arquetipos muy venidos a menos. En realidad, casi ningún personaje de la función despierta demasiado interés. Exceptuando la presencia de una estupenda Rebel Wilson que, por cierto, también bordaba su pequeño papel en la anteriormente mencionada Braidmaids. Especial lástima da ver a la mítica Olivia Newton-John intentando defender un personaje tan mal escrito.
No es extraño que nos intenten colar filmes con apariencia de gamberrada pasada de rosca para terminar haciendo una ñoñería tan blanda como la que más. Eso le ocurre a este trabajo, que se disfraza de chica mala, cuando en realidad es una niña bien. Buena, cursi, y por qué no decirlo, bastante bobalicona.
Manuel Barrero Iglesias
Lo veré sin lugar a duda. Porque la otra (una muerte y funeral, la ví, ideal, me reí sin parar.
ResponderEliminarComo comedia, un diez.
No sabía que Olivia había vuelto al cine, esto merece una fiesta por todo lo alto!!
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