"Cuanto más se incite al espectador a abrir su abanico de posibilidades, mejor"
Es
el director de la película de la temporada. The Artist se ha
convertido ya en todo un fenómeno que ha conquistado al público de
medio mundo, mientras no para de cosechar premios aquí y allá. Gran
triunfadora de los Globos de Oro, y favorita máxima para llevarse el
próximo Oscar a la mejor película. Hasta ahora desconocido, Michel
Hazanavicius ha filmado un bello homenaje al cine, recibiendo el
reconocimiento mundial a sus 44 años.
Por Manuel Barrero Iglesias
Pero
el director francés es un hombre afable que intenta no dejarse
impresionar por los halagos: “La primera película que hice no
funcionó para nada. Entonces decidí no creer lo que decían sobre
mí. Pero desde entonces, solo dicen cosas buenas. Es mucho más
fácil no creer lo que dicen y escucharse a uno mismo”.
Lo
que no quiere decir que no disfrute con la situación que vive ahora
mismo. Hazanavicius sabe que su film gusta, y hay quien incluso
menciona la palabra 'envidia' para admirar su trabajo: “Estoy
contento, me siento un afortunado. Cuando veo una película que me ha
gustado, el mayor cumplido que puedo decir es que siento celos. Es
una envidia sana. Una manera de hacernos cumplidos los unos a los
otros”.
En
cuanto a la comparación con Cantando bajo la lluvia, el director
cree que es debido a que “los temas son bastante parecidos. Lo
que me sorprende es que no haya más películas sobre la llegada del
cine sonoro. Hay 15000 películas sobre Vietnam, y sobre este tema,
solo una”. Entonces vuelve a incidir en lo relativo que es su
éxito (en comparación con el film de Donen): “Si dentro de 50
años la gente siguiera hablando de mi película, entonces sí podría
presumir un poco.”
Una
película sin diálogos y en blanco y negro, ¿cuál cree que es el
secreto para que conecte tan bien con el público? “Tampoco es
que yo tenga la clave, solo cogí el formato e intenté sacar lo
mejor que yo pensaba que me podía dar. Vivimos en una época en la
que la gente tiene muchos medios para ver películas. Están muy
abiertos a recibir distintos formatos. Han visto éste, y les ha
gustado.”
Y
tanto que ha gustado. Cuando hasta los grandes maestros como
Spielberg y Scorsese siguen la tendencia de rodar en 3D, es el
homenaje a lo añejo lo que triunfa. Para Hazanavicius el problema no
es tanto el formato como el uso que de él se hace. “En Tintín
hay un plano-secuencia de una persecución, impensable hacer de forma
tradicional. Entonces, descubrimos en manos de un gran director, lo
que se puede hacer con eso como herramienta. No como un juguete”
Uno
de los retos que plantea The Artist es el de rodar con unos códigos
que difieren de los que se usan en el cine actual. “Me
gustó trabajar con estas limitaciones. Como todas, permiten cierta
libertad. Se definen las reglas del juego, y dentro de esas reglas se
encuentran cosas nuevas. Y el formato me gusta mucho, por la manera
en la que trabaja con el público. Una de las grandes lecciones en el
cine es la de Fritz Lang en M, el vampiro de Dusseldorf, en la
secuencia del asesino que lleva la niña al jardín, y la cámara
sigue el movimiento de la pelota. El público se pregunta cómo la ha
matado, y cada uno proyecta su peor fantasma. Cuanto más se incite
al espectador a abrir su abanico de posibilidades, mejor. Y el cine
mudo es un vehículo ideal para esto. Cada espectador va completar
todo con su imaginación. Va inventar la voz del actor, un universo
para cada decorado, los colores…lo hará mejor que yo, porque lo
hará con su propia imaginación”.
Una
curiosidad que despierta el film es cómo se trabaja con los actores.
Cuando abren la boca, ¿dicen lo que estamos viendo?
“La mayor parte del tiempo, sí. A
veces, cambiaba el diálogo después, incluso el sentido, para que
funcionara mejor. Y luego hay actores, como John Goodman, a los que
les encanta improvisar. Pero no quería dar diálogos a los actores
antes, porque si les das un texto, van a querer trabajar sobre él. Y
no querían que trabajasen algo que no fuera a estar en la película”.
Otra
de las sensaciones de la película es la actriz Bérénice Bejo, con
la que está casado el director. “Le
pedía a Bérénice que improvisara, quería que hablara mucho. No
quería limitarla demasiado”. Y
entre los actores americanos, un curioso cameo, el de Malcolm
McDowell. “Siempre me ha encantado
como actor. Me encontré con él después de tener ya el casting, y
le dije que solo quedaba esa pequeña aparación, y aceptó. No deja
de ser irónico que McDowell sea un extra y Bejo la estrella”
(la secuencia en la que coinciden en el film, los roles están
invertidos).
No se, pero no creo que le vayan a dar el Oscar, creo que la favorita es Los descendientes.
ResponderEliminarEstimado David, algo muy raro tiene que pasar para que no le den el Oscar a este señor y su película...me apuesto lo que sea a que así es!
ResponderEliminarPues nos apostamos las cañas que nos debemos, más por tomarlas que por seguridad en mi apuesta. De todos modos pongo mis esperanzas en el patriotismo yanki que siempre sale a relucir.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOjalá ganara "Los descendientes", que me parece mejor película. Pero los americanos están conquistados por un francesito que ha homenajeado el Hollywood de antaño. Lo que sí creo es que Clooney vencerá por encima de Dujardin, que en mi opinión es lo mejor de "The Artist", y el que debería llevarse el premio.
ResponderEliminarOjalá le den el Oscar a "the artist" yo soy de esas a la que le ha conquistado esta peli.
ResponderEliminar