Trespass
(USA, 2011).
Dirección
: Joel Schumacher.
Intérpretes:
Nicolas Cage, Nicole Kidman, Liana Liberato, Ben Mendelsohn, Cam
Gigandet.
Guión:
Karl Gajdusek.
Música
original: David Buckley.
Fotografía:
Andrzej Bartowiak.
Montaje:
Bill Pankow.
Idioma:
Inglés.
Duración:
91 minutos.
Cementerio
de elefantes
Parece
que es el año de películas sobre familias secuestradas en su propia
casa. Dos productos nacionales se estrenaron en 2011 bajo esta
premisa. Pero mientras Secuestrados (Miguel Ángel
Vivas, 2010) no tenía más pretensión que la del entretenimiento de
terror, Transgression (Enric Alberich, 2011) se
presentaba como thriller que pretendía ser reflexión sobre la
condición humana. Ni la una, ni la otra son grandes películas,
aunque a Vivas hay que reconocerle su magnífico pulso tras las
cámaras.
Bajo
amenaza se une a la moda, y lo hace con elementos
asombrosamente parecidos de los dos filmes mencionados. El inicio
es casi idéntico al de Secuestrados, mientras que la lucha
del personaje masculino por no ceder ante los atracadores es parecida
a la Michael Ironside en Trangression. Aunque en este punto
hay una determinante diferencia que ilustra lo blandengue que es el
trabajo de Schumacher. La avaricia del personaje de Cage no es tal,
siendo una forma de amor por su familia.
La
detestable corrección política también está presente en el asunto
de la posible infidelidad de la abnegada esposa. Pero aparte de estos
detalles de fondo, la película no funciona como cinta de acción.
Personajes mal escritos y absurdos giros de guión, se unen a una
dirección rutinaria y sin la suficiente fuerza.
Y
enterrados en este producto, tres nombres más o menos ilustres, que
parecen ir definitivamente a la deriva. En realidad, el rumbo de
Joel Schumacher nunca ha estado muy enderezado. Aunque lleva
ya unos cuantos años encadenando proyectos especialmente que no
llegan ni al nivel mínimo. Tampoco Nicolas Cage se
caracteriza por ser un gran intérprete, pero su participación en
proyectos de interés es cada vez más escasa. Y esa tendencia a la
sobreactuación, de la que nos 'regala' otro recital. La
descomposición que Nicole
Kidman
viene sufriendo en los últimos años es más física, pero su
presencia aquí tampoco ayuda a su recuperación como la gran actriz
que fue.
Después
de Funny
Games
(Michael Haneke, 1997), cualquier
película sobre asalto a domicilio sabe a poco. Pero es que Bajo
amenaza no tiene ningún elemento que la haga remotamente
interesante.
Manuel
Barrero Iglesias
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