Dirección: Brad Bird.
Guión: Christopher McQuarrie, Josh Applebaum y Andre Nemec.
Intérpretes: Tom Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Paula Patton, Josh Holloway, Michael Nyqvist, Ving Rhames, Tom Wilkinson, Léa Seydoux.
Música original: Michael Giacchino..
Fotografía: Robert Elswit.
Montaje: Paul Hirsch.
Idioma: Inglés.
Duración: 132 minutos.
Todo es posible
Antes de empezar, ligera retrospectiva sobre la saga. La cosa comenzó bastante bien, escogieron a uno de los grandes, Brian De Palma, para llevar a cabo la primera entrega, una cinta de intriga al mejor estilo De Palma que fallaba cuando intentaba introducir en su fórmula los elementos de acción inverosímil que caracterizarían esta saga cinematográfica. Luego echaron mano de John Woo, que con su cine de acción videoclipero hizo la peor película de la saga de largo, aunque el debió quedarse a gusto, ya que parece que nadie le puso pegas para soltar sus palomitas en el momento más tenso de la película. Para la tercera entrega contrataron al mago de la televisión, J.J. Abrams, para que se encargase del guión y la dirección. La alianza entre Abrams y Cruise dio lugar a la que considero que es la mejor película de la saga, una cinta de acción modélica y espectacular de las que impiden que pestañees.
Para la última aventura de Ethan Hunt, han confiado en Brad Bird, afamado director de películas de animación como Ratatouille, Los increíbles o El gigante de hierro. Director inexperto en películas de acción real pero de sobra capacitado para dirigir películas con altos niveles de acción.
Misión imposible: Protocolo fantasma es una sucesión de escenas de acción impresionantes enlazadas por pinceladas de thriller de cierto nivel. La cinta hubiese alcanzados cotas más altas de excelencia si hubiese optado por simplificar su trama y volcarse más en las virtudes de la película, es decir, en unas escenas de acción modélicas, alejadas de los enrevesado de Woo y mucho más cercanas a la demoledora sencillez de las de Abrams.
En su afán de recuperar a los fans perdidos tras el grave traspiés de Woo, los productores optan por ampliar el espectro de población al que se dirige la película aumentando el número de chistes tontorrones y dando un papel mucha más importante al personaje de Simon Pegg, actor al que le tengo mucho respeto, pero que en esta ocasión es uno de los lastres de la película.
A la postre, una cinta de acción de cierto nivel que si bien no consigue situarse como lo mejor de la saga, si que permite que el gran público pueda reconciliarse con ella. Cine mainstream del que sentirse orgulloso.
David Sancho
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