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martes, 13 de diciembre de 2011

Manuel Morón: Versatilidad imprescindible


Como tantos otros, Manuel Morón empezó con pequeños papeles en televisión (Farmacia de guardia, Turno de oficio: Diez años después, Querido maestro…), o secundarios películas de relativa poca trascendencia como El abriguito (su debut en el cine, en 1996) y África (1996).

En 1998 empieza a hacerse notar con un personaje de más larga duración en la exitosa serie Compañeros. En cine, tiene papeles más reducidos, pero en producciones de más importancia. Hasta en cinco títulos participó en 1999: Nadie conoce a nadie (Mateo Gil), La mujer más fea del mundo (Miguel Bardem), Plenilunio (Imanol Uribe), Los lobos del Washington (Mariano Barroso) y Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar).

Y después de una decena de años apareciendo en la pequeña y en la gran pantalla, al fin llegó el papel que le haría ganarse un hueco entre los grandes secundarios de nuestro cine. Era el año 2000, y aparte de sus pequeñas intervenciones en Yoyes y Aunque tú no lo sepas, todos recordamos su brutal personaje en El bola. En la ópera prima de Achero Mañas le tocaba bailar con la más fea, encarnando el siempre delicado rol de maltratador infantil. Todo un reto del que salió más que airoso.

A partir de ahí, se ha convertido en un rostro habitual y reconocible. En 2001 participó en dos producciones de jóvenes autores: Salvajes (Carlos Molinero) y Juego de luna (Mónica Laguna). Pero es 2002 otro año decisivo en su carrera. En su Andalucía natal rodó El traje (Alberto Rodríguez), una comedia de tintes sociales en la que clava a ese buscavidas desvergonzado. Cambiando totalmente de registro, nos dejó boquiabierto con su milimétrico trabajo en Smoking Room, donde destacaba aún entre un reparto excepcional.

Ya quedó totalmente demostrado lo camaleónico que podía ser. Meterse en la piel de un sufridor extremadamente violento, ser un canalla con mucho arte, o darle vida a un hombre gris atrapado en un entorno laboral asfixiante. Manuel Morón es capaz de mudar de piel de manera asombrosa. Y resultar siempre creíble.

Así, no es extraño que muchos hayan querido contar con él. Participó (como casi todo actor andaluz de prestigio), en Una pasión singular (2003), producción sobre la figura de Blas Infante. En El principio de Arquímedes (2004) volvió a un film sobre el entorno laboral, esta vez en el otro lado, el del jefe sin escrúpulos. Mientras, Miguel Bardem prefirió darle en Incautos un personaje más bobalicón. Como siempre, tocando registros opuestos.

2006 fue otro año hiperactivo. Papeles de más o menos importancia bajo las órdenes de Roger Gual (uno de los codirectores de Smoking Room) en Remake, de Daniel Sánchez Arévalo en Azuloscurocasinegro, de Manuel Huerga en Salvador (Puig Antich), de Pablo Malo en La sombra de nadie, o de Álvaro Begines en el divertido musical ¿Por qué se frotan las patitas? Pero ese año le recordaremos por otro portentoso trabajo. En La noche de los girasoles encarnaba a un personaje que le permitía tocar varios registros. Otra vez, como en El bola, un rol que ejercía una incómoda violencia. Y, de nuevo, reto superado con nota.

Su carrera no se detiene. Con Icíar Bollaín en Mataharis (2007), Ray Loriga en Teresa, el cuerpo de Cristo (2007), o con Daniel Monzón en Celda 211 (2009). Incluso ha retornado a televisión, con la serie Crematorio. Ahora lo tenemos en las salas con Cinco metros cuadrados (2011), donde se ocupa de dar vida a un político corrupto.

Por favor, que alguien le ofrezca a Manuel Morón un protagonista. Y si puede ser, a la altura de su calidad interpretativa. Un actor (incomprensiblemente, nunca nominado al Goya) que nos ha mostrado una y otra vez su enorme versatilidad. Un actor de raza al que parece no asustarle ningún reto.


Manuel Barrero Iglesias

2 comentarios:

  1. Como bien dices, es incompresible que nunca le hayan nominado al Goya, pero por sus papeles en 'El bola' y 'La noche de los girasoles', más que incomprensible, me parece imperdonable.

    Por 'Cinco metros cuadrados' la verdad es que me cuesta mucho verle nominado, pero vete tu a saber con qué nos sorprende nuestra Academia este año...A mi es que me llamó mucho más la atención Jorge Bosch y creo que puede ser nominado, ¿no crees?

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  2. Debo reconocer que tengo debilidad por su papel en "Smoking Room"...pero en las otras dos está impresionante también.

    Por "Cinco metro cuadrados", lo dudo mucho. Su personaje no tiene tanta importancia. Y sí, Jorge Bosch sería un buen candidato, la verdad.

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