Dirección: Massimo Natale.
Intérpretes: Treat Williams, Luigi Ciardo, Matilde Maggio, Pietro Massotti, Simone Borrelli.
Guión: Giorgio Fabbri.
Música original: Robert Colavalle.
Fotografía: Vladan Radovic.
Montaje: Paola Freddi.
Idioma: Italiano, inglés.
Duración: 87 minutos.
El amigo americano
El verano de Martino sería una película más sobre el descubrimiento de la vida adulta, si no fuera por un par de detalles que la diferencian de la infinidad de filmes de este tipo ya existentes. Por un lado el marco trágico en el que se desarrolla. De fondo, el derribo de un avión en Ustica y un atentado terrorista en Bolonia. Hechos que se relacionan con el destino de los protagonistas de forma un tanto forzada.
Pero si hay algo valioso en este trabajo es la constante presencia de la playa, lugar en el que está casi íntegramente rodada. Lo mejor que podemos decir de Natale es que capta toda la esencia de la costa. Desde las hermosas secuencias marinas, hasta las que transcurren en la arena. La reticencia del director por alejarse de la playa es digna de todo elogio.
Por lo demás, El verano de Martino es todo lo que una película iniciática "debe" ser. Adolescente solitario e incomprendido que encuentra fuera del hogar la figura paterna que no ejerce como tal. Y esa nueva figura paterna que, a su vez, encuentra en el joven el recuerdo de un hijo del que se ha distanciado. Y, como no, el descubrimiento del amor.
Pero poco más. Bueno, queda lo peor. La introducción de la leyenda de “Dragut” como hilo conducto no era necesaria. Una veces la voz en off y otras los flash-back, no son más que una importante rémora, dando un toque de fábula poética bastante desubicado. Y es que, al igual que su protagonista, el film se encuentra mucho más cómodo cuando traspasa la valla que separa la playa del resto del mundo.
Manuel Barrero Iglesias
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