Dirección y guión: Miranda July.
Intérpretes: Miranda July, Hamish Linklater, David Warshofsky, Isabella Acres, Joe Putterlik.
Música original: Jon Brion.
Música original: Jon Brion.
Fotografía: Nikolai von Graevenitz.
Montaje: Andrew Bird.
Idioma: Inglés.
Duración: 91 minutos.
Crisis vitales
La Miranda July cinematográfica podría ser una especie de versión indie-femenina de Woody Allen. En su corta carrera lo habitual es que dirija, escriba y protagonice sus filmes. Y al igual que ocurre con muchas películas del director neoyorquino, los dos largometrajes de July parecen hechos como terapia contra la insatisfacción que produce la vida, y las dificultades que entrañan las relaciones.
El futuro trata sobre la crisis vital de una pareja de treintañeros aterrados ante lo que está por venir, pero especialmente, por lo que (no) han hecho a lo largo de su vida. La pequeña excusa que desata la tormenta es la perspectiva de que les falta un mes para ser responsables de un gato adoptado. Casi como si del fin del mundo se tratara, los protagonistas se toman ese mes como una de las últimas oportunidades que tienen de ser realmente libres.
Unas vidas que se mueven entre la frustración de no sentirse realizados y la comodidad de no hacer nada para cambiar la situación. Y ‘una nueva vida’ que no es más que una patética forma de escapar de lo anterior. La autora no pierde de vista su pesimismo teñido de ácido humor para contarnos que la opción más fácil es no hacer nada, dejarse llevar. Pero ni el tiempo se puede parar eternamente, ni siempre va a haber alguien que te proteja 24 horas al día. Al final, no queda más remedio que afrontar las miserias de cada uno, como buenamente se pueda.
July es incisiva, y sus filmes poseen un ineludible poso de desesperanza bastante realista. A pesar de empeñarse en darle ese aire surrealista que huele bastante a impostura. Es quizás lo que más se le puede achacar a la autora, la búsqueda de introducir excentricidad aunque no siempre venga a cuento. Como la discutible introducción de la voz en off del gato, por poner un ejemplo.
Así se pierde gran parte de la hondura y profundidad que hay en el fondo de esta película. Un trabajo que habla sobre cuestiones vitales de toda una generación. Y que cuando se contiene la vena poético-surrealista, es una disección muy acertada de algunos de los males que nos impiden crecer.
Así se pierde gran parte de la hondura y profundidad que hay en el fondo de esta película. Un trabajo que habla sobre cuestiones vitales de toda una generación. Y que cuando se contiene la vena poético-surrealista, es una disección muy acertada de algunos de los males que nos impiden crecer.
Manuel Barrero Iglesias
Tomo nota! Ahora la cartelera está plagada de buenas pelis, ya era hora.
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