6/10
Stella (Francia, 2008)
Dirección y guión: Sylvie Verheyde.
Intérpretes: Léora Barbara, Mélissa Rodriguès, Laëtitia Guerard, Karole Rocher, Benjamín Biolay, Guillaume Depardieu.
Música original: Phoenix.
Fotografía: Nicolas Gaurin.
Montaje: Christel Dewynter.
Idioma: Francés.
Duración: 103 minutos.
Mi nombre es Stella
Stella (Léora Barbara) es una niña de 11 años, introvertida pero curiosa por el mundo que le rodea. Vive con sus padres en un bar del extrarradio de París donde la tratan casi con las mismas libertades de un adulto más. Sus padres, la quieren y desean lo mejor para ella, pero andan demasiado concentrados en sus vidas y sus vicios, dejándola un tanto desatendida y exponiéndola a un ambiente que no suele considerarse el más apropiado. A la hora de pasar a la escuela secundaria es aceptada en una prestigiosa escuela, lo que supone una gran oportunidad para un futuro mejor. Sin embargo, el ser notablemente diferente a sus nuevos compañeros, le hará diana de sus mofas y del rechazo por parte de estos. Adaptarse no será fácil para Stella, que inicialmente responderá de manera conflictiva poniendo en peligro su continuidad en la escuela.
A pesar de ser la misma historia, contada tantas veces, del paso hacia la adolescencia en un medio adverso y de cómo las decisiones y circunstancias del protagonista determinarán su devenir, los detalles la hacen distinta y personal. Un precedente claro es François Truffaut y Los cuatrocientos golpes (1959), a la cual homenajea en distintos puntos (no puede ser azar que ambos protagonistas lean Balzac). Con ella comparte además la gran carga autobiográfica desde la que se cuenta: la película se basa en los recuerdos personales de niñez y primer año en la escuela secundaria de su directora, Sylvie Verheyde.
La historia de Stella, aunque pudiendo ser en algunos momentos bastante dura, se nos cuenta con sencillez y sin dramatismos innecesarios. La trama fluye mostrando sus tropiezos y sus avances manteniendo hasta el final la duda de si habrá esperanza para ella o quedará atrapada por su ambiente. Serán determinantes las personas que encontrará en su camino, en especial Gladys (Mélissa Rodriguès), una compañera de clase, hija de unos intelectuales argentinos que le servirá de apoyo en la nueva escuela, le abrirá las puertas hacia un mundo nuevo y en especial le descubrirá la pasión por la lectura.
Gran parte de la simpatía que despierta la película se debe al trabajo por parte del reparto infantil, sobre todo de la pequeña protagonista, Léora Barbara, que desde el principio se gana al espectador. El reparto lo completan Karole Rocher (la madre de Stella), el cantante Benjamin Biolay (padre de Stella) y el desaparecido Guillaume Depardieu (cliente del bar) que, sin ejecutar unas actuaciones espectaculares, convencen en sus respectivos papeles.
Stella se estrena con tres años de retraso pero finalmente lo ha hecho gracias a la distribuidora GOOD FILMS de reciente aparición que esperamos siga dando la posibilidad de que lleguen al público general estos pequeños descubrimientos.
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