4/10
Mientras duermes (España, 2011).
Dirección: Jaume Balagueró.
Intérpretes: Luis Tosar, Marta Etura, Alberto San Juan, Petra Martínez, Iris Almeida.
Guión: Alberto Marini.
Música original: Lucas Vidal.
Fotografía: Pablo Rosso.
Montaje: Guillermo de la Cal.
Idioma: Español.
Duración: 107 minutos.
¿Era de remakes?
Recientemente tanto en España como en el mercado norteamericano, se está viviendo una puesta al día de historias que tuvieron antaño la repercusión deseada, para así poder apostar sobre seguro, y dar con unos buenos resultados en la taquilla. Los remakes de los clásicos del cine de género como Noche de miedo o Pesadilla en Elm Street, son un claro ejemplo de ello. En nuestra peninsula ocurre sobre todo en el medio catódico, como hemos podido comprobar con las adaptaciones de las series cómicas Las chicas de oro o Cheers, de reciente cancelación, precisamente por falta de audiencia. Y no es que la nueva película de Balagueró sea un remake propiamente dicho, pero termina recordando en exceso a la última producción de la Hammer protagonizada por Hilary Swank y estrenada en nuestro país apenas hace dos meses.
La víctima perfecta, película que recuperaba el género del psicothriller, no tenía un argumento excesivamente original: el casero de un antiguo edificio de Nueva York se obsesiona con su nueva inquilina hasta el punto de mantener relaciones sexuales sin que ella sea consciente de ello. Si cambiamos el casero por un conserje y Nueva York por Barcelona, obtenemos la presente Mientas duermes. Y ésta por tanto es su principal losa, el tener como precedente dicha película, porque todo lo que transcurre en durante su metraje nos parece ya anteriormente visto.
Por otro lado, y mirándolo de forma positiva, no era difícil superar dicho precedente, y Balagueró lo consigue con creces ofreciendo una historia con mayor dosis de realismo cotidiano, acentuándolo a través de una galería de pintorescos personajes que componen el vecindario en el que transcurre la historia, del mismo modo que ya hiciera con [REC]. En este caso una limpiadora maruja y su hijo kinki, la vecina solterona y una niña odiosa, los cuales se llevan la mayor gloria nada más aparecer en pantalla.
El guión de Alberto Marini, -que ya colaboró con el realizador catalán en el telefilme de Películas para no dormir, Para entrar a vivir-, que ha dado pie a un libro de idéntico título, presenta a un personaje sin anhelos, que transforma su odio a la humanidad en el motor de su vida, para acabar centrando su objetivo en una atractiva y alegre vecina del edificio en el que trabaja, a la que conseguirá destrozar su por entonces resuelta vida.
Nos encontramos, por tanto, ante un filme menor, aunque de buena factura y realizado con el sello característico de su autor- que incluyen caserones antiguos, niños, galería de personajes cotidianos, actores fetiche como Carlos Lasarte, fotografía sombría y homenajes a la serie B como la plaga de cucarachas o el inserto de audio de Arachnid de Jack Sholder-, pero que no aporta gran cosa al género. Los momentos de tensión están demasiado alargados y resultan poco creíbles, apostando por un desenlace cercano al dramón mexicano.
Esperemos, después de todo, que esto sea tan sólo un pequeño bache dentro de la filmografía de Balagueró y por tanto, de la cosecha del prometedor cine español de género tras películas como la presente, la tomadura de pelo que es Intruders o el fiasco de Eva.
Jesús Palop
Uff, pues yo había leído en todos lados que era cojonuda.
ResponderEliminaryo fui a verla sin ningún de handicap añadido, ya que la única que vi de Hilary Swank hace poco fue la de Betty Anne waters y no quería quedar demasiado hilaryswankarizada (provad a decirlo rápido :P). Pero vaya, que con handicap o sin él a mí tampoco me pareció nada del otro mundo. Me gustó mucho Alberto San Juan, muy honesto en su papel de novio que quiere por encima de todas las dudas y que intuye...y así acaba, el pobre.
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