Contagion (USA, 2011)
Dirección: Steven Soderbergh.
Guión: Scott Z. Burns.
Intérpretes: Matt Damon, Kate Winslet, Lawrence Fishburne, Marion Cotillard, Jude Law, Gwyneth Paltrow, Bryan Cranston, John Hawkes, Jennifer Ehle.
Música original: Cliff Martinez.
Montaje: Stephen Mirrione.
Fotografía: Peter Andrews.
Idioma: Inglés.
Duración: 106 minutos.
Soderbergh nos contagia con buen cine
Expectativas por las nubes para ver lo nuevo de Soderbergh, director al que le tengo una mezcla de respeto y miedo; y de quien suelo esperar lo mejor para luego confirmar mis expectativas, en algunas ocasiones, para en en otras llevarme decepciones mayúsculas. Hace unos años tenía la teoría de que me gustaba cuando sacaba a relucir su faceta más mainstream y que me cansaban sus obras más extrañas e independientes, pero poco a poco he ido cambiando dicha teoría para acabar pensando que no hay ninguna lógica en su carrera, y que siempre tiende a sorprenderme.
La película que hoy nos ocupa la encasillaría en el grupo de las mainstream, no tanto por la película en si, sino por el reparto de la misma. Actores de prestigio que demuestran el porqué de ostentarlo, un basto grupo de estrellas que dotan de empaque a la película y que no hacen más que sumar dentro de un gran conjunto. Me gustaría destacar los momentos iniciales de la película y como Gwyneth Paltrow, actriz a la que menos aprecio le tengo del reparto, logra estremecer con unos segundos de genialidad que difícilmente podía esperar de ella.
Pero lo cierto es que la gran baza de la película son el guión, la dirección y el montaje. El guión de Scott Z. Burns no tiene fisuras, prescinde de efectismo y muestra con academicismo el proceso de aparición, trasmisión y erradicación de un extraño virus. La dirección de Soderbergh es admirable, sin florituras pero con una eficacia extrema a la cual acompaña con una fotografía tan exquisita como siempre. Y un montaje que aporta el ritmo necesario para que la que la cinta nos agarre y no nos suelte hasta el final.
Increíble la capacidad de la película para hacernos sufrir sin recurrir a recursos manidos y manipuladores. Se agradece ver una película de este tipo sin efectos especiales, sin estridencias, con un guión sólido y con un respeto absoluto hacia los espectadores. Así da gusto.
David Sancho
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