El cáncer contra el que admirablemente ha luchado durante los últimos años, se ha llevado la vida de Jordi Dauder, actor nacido en Badalona. Y luchador incansable casi desde que nació. Debe marcar que encarcelen a tu padre por sus ideas políticas cuando sólo tienes cinco años.
Quince años en el exilio, tras ese período fue (entre otras cosas) creador de la librería Eina, coordinador de la revista quimera o socio fundador de la Liga Comunista Revolucionaria.
Su carrera en la interpretación empezó bastante tarde, a finales de los 80. Doblaje, teatro, televisión y cine han sido terrenos en los que se ha desenvuelto con absoluta soltura.
En la gran pantalla lo hemos visto varias veces a las órdenes de Ventura Pons (Caricias, Amigo/Amado, Anita no pierde el tren, Amor idiota) o Patricia Ferreira (Sé quién eres, El alquimista impaciente). También ha intervenido, de manera más o menos relevante; en La pasión turca, Pont de Varsòvia, Tierra y libertad, El árbol de la cerezas, Los sin nombre, La flaqueza del bolchevique, Lope, o Camino. Por esta última consiguió el Goya como mejor actor de reparto.
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