En la mañana de ayer tuvimos el honor de charlar con Hirozaku Kore-eda (en próximos días publicaremos la entrevista), cuya película sigue estando en boca de todos como una de las principales favoritas para llevarse algunos de los premios grandes.
Sección oficial
Un palmarés en el que difícilmente estará Rampart. La única película estadounidense en competición provocó un silencio casi sepulcral al término de un pase de prensa que dejó más bien fríos a los asistentes. Ambientado a finales de los 90 en Los Angeles, este drama gira en torno a un duro policía interpretado de forma magistral por Woody Harrelson. Decía antes que sería muy extraño que premiaran este trabajo. Rectifico. Si Harrelson fuera elegido mejor actor, sería totalmente merecido.
Es el recorrido de Dave Brown lo más (casi lo único) destacable del film. Alguien que cree estar por encima del bien y del mal, que decide quién merece una paliza (o incluso morir) y quién no. Un individuo que se permite hasta el lujo de haber tenido dos hijas, cada una con una hermana distinta, y hacer que las cuatro vivan con él. Pero creer que se puede hacer siempre lo que a uno le venga en gana, no quiere decir que pueda hacerlo. Tanto sus métodos policiales, como su modelo familiar son cuestionados, hasta apartar a Brown de todo aquello que creía tener bajo absoluto control. Un duro golpe que le cuesta asimilar, hasta que lo hace demasiado tarde. Como decíamos este viaje al interior del personaje es lo mejor del film.
Por desgracia, los personajes adyacentes carecen del más mínimo atractivo. Mientras, la trama utilizada para contarnos este descenso a los infiernos se vuelve farragosa y de nulo interés.
Zabaltegi
El protagonista de Tyrannosaur tiene bastante en común con el anterior. Especialmente, en lo que se refiere a la violencia, siempre latente en sus personalidades. Y si destacable era la interpretación de Harrelson, lo de Peter Mullan es sencillamente brutal. Una interpretación que (junto a la de su compañera de reparto, la también excepcional Olivia Colman) le valió al film el Premio Especial del Jurado del pasado Festival de Sundance, donde también se alzó con la mejor dirección.
Dirigida por el, hasta ahora, actor Paddy Considine, este trabajo se enmarca dentro de esa tradición tan inglesas de realizar devastadores dramas sobre situaciones extremas dentro de las capas sociales más desfavorecidas. Por momentos, recordaba a Los golpes de la vida, dirigida por el también actor Gary Oldman en 1997 (aun siendo esta última mucho más dura).
Pero pocos ingredientes le faltan a este film: maltrato doméstico, alcohol, infancia desprotegida, aislamiento social…como decimos, lo más meritorio es el magnífico trabajo de la pareja protagonista (a los que habría que añadir el de Eddie Marsan). Por lo demás, nada nuevo bajo el sol (o bajo las nubes británicas, en este caso).
Tres años después de deslumbrar con Hunger, Steve McQueen ha vuelto a San Sebastián para volver a dejar boquiabierto al personal con Shame. En la inmediatez que supone escribir crónicas para un festival, a uno le da hasta apuro analizar una obra de estas dimensiones a la ligera. Es evidente, con sólo dos películas, que McQueen tiene las cosas muy claras. Sabe lo que quiere contar, y sabe cómo lo quiere contar. Su cine tiene personalidad. Muchísima personalidad.
Su exquisito gusto al rodar largos planos lo convierten en una rara avis del cine occidental. Pero más insólito resulta comprobar la inmensa fuerza que tienen esos planos. Sin artificios, con toda la crudeza (pero sin ningún tremendismo) el director británico nos va introduciendo poco a poco en la mente de este adicto sexual. Una existencia que se nos va descubriendo vacía e infeliz, a pesar de ese comienzo en el que vemos al hombre exitoso. La interpretación de Michael Fassbender es antológica, muy bien acompañada por esa hermana desquiciada que interpreta Carey Mulligan. Lo mejor que este cronista ha visto en este Festival. Y que, por fortuna, tendrá distribución en España (¡Hunger aún no se ha estrenado!) gracias a Alta Films.
Y terminamos con el mismo protagonista que empezamos. Hirozaku Kore-eda también estuvo en Zabaltegi con The Days after, episodio de la serie televisiva Kaidan Horror Classics. Con su habitual elegancia el director nos habla del drama de unos padres que han perdido a su hijo (otro tema recurrente en su obra). Muy bella, pero también muy pausada muestra del talento del japonés.
Manuel Barrero Iglesias
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