Dirección: Paul Feig.
Intérpretes: Kristen Wiig, Maya Rudolph, Rose Byrne, Melissa McCarthy, Chris O'Dowd.
Guión: Kristen Wiig, Annie Mumolo.
Música original: Michael Andrews.
Fotografía: Robert D. Yeoman.
Montaje: William Kerr, Michael L. Sale
Idioma: Inglés.
Duración: 125 min.
¿Damas? de "honor"
El desafortunado título que le han endosado a Bridesmaids en España puede engañar a algún espectador despistado. Y es que no estamos, ni mucho menos, ante una comedia romántica. Las relaciones amistosas son las que sostienen una película que podría ser la versión femenina de Supersalidos (Greg Mottola, 2007) o Resacón en Las Vegas (Todd Phillips, 2009), con las que no para de ser comparada.
No en vano, Judd Apatow anda detrás de la producción de La boda de mi mejor amiga. Así que después de redefinir el concepto de comedia masculina, parece dispuesto a hacer lo mismo con la femenina. Para ello, ha contado con la inestimable ayuda de Kirsten Wiig, enorme protagonista de un film que ella misma coguioniza. Criada en la cantera de Saturday Night Live, Wiig demuestra su versatilidad para abordar el humor más físico, tanto como para sostener cierta profundidad en su personaje.
Es en el trabajo de las actrices donde juega su mejor baza una cinta en la que la improvisación del elenco ha tenido mucho que ver en el resultado final. Wiig está magnífica, pero no le van a la zaga dos de las actrices por las que está flanqueada. De Rose Byrne ya conocíamos su talento, aunque es una agradable sorpresa verla en un papel tan alejado de lo habitual. El caso de Melissa McCarthy es todo un descubrimiento, al menos, para el que esto suscribe.
Y a pesar de la gran inspiración con la que cuentan varios momentos aislados, el conjunto no termina de ser redondo en ningún momento. No es tan divertida como podría ser, en buena parte, por culpa del alargamiento excesivo de los gags. Y tampoco es lo amarga que podría llegar a ser, principalmente por su empeño en hacer reír forzando (a veces) demasiado.
.Lo que sí es de agradecer es que las dosis de escatología se administren con mesura, reduciéndose a una secuencia en la que su uso resulta de lo más apropiado, dentro de un entorno de inmaculado blanco. Y es que casamientos y demás ceremonias patéticas son el blanco, valga la redundancia, sobre el que disparan los autores, ironizando con mucha mala baba sobre toda esta ridícula parafernalia.
El resultado, como ya decimos, termina siendo muy irregular. Pero se agradece ver a personajes femeninos de verdad en una película con bodas de fondo. Y que la relación de amor sea una trama secundaria contada con tanta delicadeza. Y que se intente combinar la reflexión vital con la comedia incorrecta. Definitivamente, hacen falta más películas así. Es un inicio esperanzador. Bastante mejorable, pero bien prometedor.
Manuel Barrero Iglesias
Yo la disfruté como hacía tiempo que no disfrutaba una comedia.
ResponderEliminarEl momento escatológico al que te refieres fue (para mí) lo mejor de la película.
ResponderEliminarSuscribo tu crítica, Manuel, otro aliciente para la peli es John Hamm y su personaje (como si el Don Draper de Mad Men viviera en el 2011, 40 años después donde transcurre la serie). Enhorabuena por Tierra Filme, os sigo. ASC.
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